Laporta hace olvidar la moción de censura y la fractura social de la parroquia culé

Actualizado: domingo, 17 mayo 2009 2:09


MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, celebró hoy su tercera Liga, el sexto título desde su llegada al club en 2003 en donde ha vivido más luces que sombras, representadas éstas últimas por la moción de censura que salvó 'in extremis' el pasado verano y la fractura social de la parroquia culé, que clamó por su marcha.

Laporta andaba sin apoyos, con díscolos miembros de Junta directiva, y con un equipo que había dejado escapar sus dos últimas Ligas, la penúltima de forma inaudita con una remontada 'merengue' que anuló a la megaplantilla blaugrana. Esas dos temporadas en 'blanco' dejaron al aire un cúmulo de problemas que acabaron por estallar.

Las ausencias de Ronaldinho en los entrenos, además de su rendimiento, las declaraciones de Eto'o y la actitud del impasible Rijkaard colmaron la paciencia de la afición blaugrana, que llevó a las urnas a su presidente, quién aseguraba con furia que "no estaban tan mal".

En aquella moción de censura, el 6 de julio de 2008, la junta del Barça recibió un duro correctivo en las urnas, aunque pudo continuar con su mandato por un estrecho margen. Ese plebiscito, planteado por Oriol Giralt y Christian Castellví, al mandato del abogado, recibió un respaldo del 60,60 por ciento, algo que se consideraba insuficiente.

La moción, apoyada por 9.145, no alcanzó el 66 por ciento necesario para prosperar, según recogen los estatutos del Barça, a pesar de que 23.870 socios votaron a favor de la salida de Laporta, que diez meses después celebra su sexto título como 'presi', y está a las puertas de otros dos gracias a la Copa del Rey y 'Champions'.

Laporta podría haber entendido aquella moción como la fractura de su masa social, lo que le hubiera obligado a dejar la puerta abierta. Sin embargo, el directivo catalán, de 47 años, no lo creyó así y apostó por apoltronarse en el sillón presidencial, pero no de cualquier forma.

Guardiola fue su 'as' en la manga para el banquillo, quién tan sólo ha modificado la plantilla de la anterior temporada con un par de retoques, pero que ha sido más que suficiente para llevar al Barcelona a la conquista liguera con un fútbol exquisito, que ha hecho olvidar aquella moción, ya archivada en lo más hondo de la historia culé.