IMOLA (SAN MARINO), 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El piloto alemán de Ferrari, Michael Schumacher, logró mantener a raya a Fernando Alonso (Renault) en el Gran Premio de San Marino, en donde el heptacampeón del mundo logró dar una alegría a su afición, ante el español que tuvo opciones de llevarse el triunfo.
El duelo entre ambos marcó este Gran Premio, del que el teutón salió vencedor gracias a su experiencia y a que el asturiano se salió de la pista a falta de cuatro vueltas cuando ambos estaban luchando por hacerse con el triunfo.
Schumacher se mantuvo en la primera posición desde el inicio, seguido con dificultades por el británico Button (Honda) y por el brasileño Felipe Massa (Ferrari), aunque no pudieron acercarse demasiado, puesto que el alemán pisó el acelerador a fondo con la intención de separarse de sus perseguidores cuanto antes.
En la salida, Alonso, que salió desde la quinta plaza, consiguió subir una posición, superando al brasileño Barrichello (Honda) en la primera curva, tras lo que intentó dar caza al compañero de equipo de Schumacher, Felipe Massa.
Poco a poco, el 'Káiser' logró abrir hueco con Button gracias a las vueltas rápidas que iba consiguiendo giro a giro. Mientras que, el primer piloto en entrar en 'boxes' fue Barrichello que tuvo problemas con la manguera de gasolina, lo que le hizo perder mucho tiempo.
Alonso, a medida que avanzaban las vueltas, fue acercándose a Massa que veía cómo se pegaba el Renault, que buscaba su aspiración para pasarle a la primera oportunidad. Sin embargo, el adelantamiento tuvo que llegar cuando los Ferrari pararon a repostar, por lo que el asturiano pasó a la primera plaza, con Schumacher segundo.
De esta forma, el actual campeón del mundo intentó imprimir un ritmo muy alto con el fin de reducir la ventaja que había obtenido el alemán hasta su primera parada, por ello, con poca gasolina mejoró sus tiempos y apuró su entrada en 'boxes' dejando claro que su estrategia estaba dirigida a dos paradas.
En la vuelta 25, el español tuvo que repostar y dejó vía libre a Schumacher para que aumentara la distancia entre los dos monoplazas, ante la alegría de los aficionados que acudieron a Imola, que querían vengarse de la victoria de Alonso la temporada pasada en la sede de la marca del 'cavallino rampante'.
DUELO POR LA PRIMERA PLAZA.
A partir de ese momento, Alonso fue restando la diferencia que le separaba del teutón hasta lograr coger su rebufo, tras lo que buscó superarle en la primera ocasión de la que dispuso, para poner nervioso al alemán, sabedor de lo difícil que es adelantar en este circuito.
Después de unas vueltas juntos, ambos pilotos realizaron sus respectivas paradas, primero el español y después el alemán, de las que salieron situados en las mismas posiciones, por lo que el duelo entre los dos se tendría que solucionar en la pista y no por un adelantamiento en el 'pit'.
Cada vez con menos giros para el término del Gran Premio, se avecinaban unos últimos momentos muy disputados entre ambos, igual que el año pasado, cuando Alonso pudo evitar ser sobrepasado por el monoplaza de Schumacher durante 12 vueltas.
Así, el español se fue acercando según se acababa el Gran Premio, mientras enseñaba el morro para dar constancia a Schumacher de que si cometía algún error le iba a costar la carrera. Pero a falta de cuatro giros para el final, el que falló fue el piloto de Renault, saliéndose de la pista, lo que dejó la victoria en manos del Ferrari.
Por su parte, Montoya (McLaren-Mercedes) fue tercero, a gran distancia de los dos primeros clasificados, seguido por Massa que acabó cuarto y del finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), quinto, que tuvo muchos problemas durante toda la carrera.
