MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La selección española de baloncesto necesita la épica para colgarse el oro en la final de los Juegos Olímpicos, que le enfrentará al renacido 'dream team' estadounidense en la última jornada de competición olímpica, tradicional fecha para la puesta en escena de la prueba por excelencia, la maratón, con presencia de tres españoles, Chema Martínez, Julio Rey y José Ríos.
La competición se apaga lentamente en esta jornada final de Juegos, con pocos metales ya por repartir. Especial protagonismo cobran los deportes colectivos españoles, con el baloncesto jugando por el oro y un doble enfrentamiento contra Croacia, en balonmano por la medalla de bronce y en waterpolo por el quinto puesto.
La mejor generación histórica del baloncesto español afronta el partido que siempre soñó: contra el mejor equipo del mundo en el mejor escenario del mundo. Campeona mundial en 2006 y subcampeona europea en 2007, España cerrará con esta final un trienio maravilloso independientemente del resultado final.
Sin embargo, a buen seguro que la utopía de la victoria pasa por la cabeza de un grupo de jugadores entrenados para ganar desde que eran 'juniors', cuando se adjudicaron el oro mundial, precisamente contra Estados Unidos. Han pasado casi diez años de aquella gesta perpetrada por Gasol, Raül López o Navarro, los mismos jugadores que buscarán ahora vengar a Epi, Corbalán o Romay por la derrota contra los estadounidenses en la final de Los Angeles 84.
EL BALONMANO BUSCA SU TERCERA MEDALLA
Pase lo que pase, España se asegurará la segunda medalla olímpica en baloncesto, algo por lo que todavía tiene que luchar la selección de balonmano. Bronce en Atlanta'96 y en Sydney'00, los hombres de Juan Carlos Pastor lucharán por colgarse este metal por tercera vez tras completar un torneo olímpico plagado de altibajos.
Desconcertantes en la primera fase, brillantes en cuartos y nefastos en semifinales, los españoles juegan a la lotería en cada partido, pero la trascendencia histórica de una medalla bien merece un alto grado de concentración. Enfrente tendrá una bestia herida como Croacia, todavía vigente campeona olímpica que ya superó a España en la primera fase (31-29).
Independientemente del dudoso rendimiento defensivo o del fiasco contra Islandia en semifinales, lo cierto es que la selección española se puede colgar una medalla a pesar de aterrizar en Pekín con bajas claves como Rolando Uríos o Chema Rodríguez.
Los croatas serán también el último obstáculo para los chicos del waterpolo, aunque en este caso el premio será de caza menor porque el ganador se llevará el quinto puesto del torneo. Los de Rafa Aguilar abandonarán el torneo sin una medalla que se resiste desde Atlanta, pero con la reconfortante sensación de que han vuelto a la élite mundial.
LOS MARATONIANOS HONRAN A FILÍPIDES
La última prueba de los Juegos Olímpicos es la más hermosa de todas, la que mantiene la historia viva honrando la hazaña del soldado griego Filípides, que hace 2.498 años murió de fatiga tras recorrer los 42 kilómetros que separan Maraton de Atenas, todo para anunciar la victoria sobre los persas.
La épica de entonces se refleja ahora en el trayecto de un puñado de atletas que sueñan con la gloria olímpica. En este señalado grupo figura un trío de españoles que no está entre los favoritos, pero la dureza es el auténtico juez de la carrera y sumada a la polución y la humedad puede llevarse por delante a los favoritos.
El vigente campeón olímpico Stefano Baldini, el keniata Samuel Kaman Wansiru o su compatriota Martin Lel, todos ellos parten como principales candidatos, pero están a merced de las ásperas condiciones ambientales. Esa es la puerta por la que se pueden colar Chema Martínez, Julio Rey y José Ríos, las bazas españolas en una de las carreras más espectaculares del atletismo.
