SESTRIERE (ITALIA), 12 Mar. (Del enviado especial de Europa Press, Ramón Chamorro) -
El esquiador deficiente visual Eric Villalón se mostró "contento" con su séptimo puesto en el descenso paralímpico de los Juegos de Turín ya que es una disciplina que no puede entrenar durante el año, aunque estaba extrañado por el tiempo perdido porque habían bajado "muy rápido".
"Estoy contento porque el descenso es una disciplina que no entrenamos. Llegas aquí, te pones las pilas y lo intentas. El descenso me encanta, pero si no lo podemos trabajar es muy complicado ganar", afirmó Villalón al término de su participación.
El catalán se refirió a las dificultades que hay en España para entrenar esta modalidad. "Hay que cerrar una estación entera, invertir 1.000 euros al día, más la gente necesaria para montarlo y las medidas de seguridad, y eso es muy difícil", indicó Villalón que no sabía "dónde" le habían metido tiempo sus rivales porque "íbamos muy rápido".
Además, el español, que tiene como guía a Hodey Yurrita, habló del ascenso de otros países. "Hasta ahora éramos de los que más invertíamos y ahora tenemos el plan ADOP y podremos seguir haciéndolo, pero ha habido unos años de paréntesis donde el resto han subido como la espuma y eso se nota, pero no dejaremos de trabajar", declaró.
De todos modos, Villalón avisó de que esto sólo ha comenzado. "Voy a darlo todo como siempre porque para ir a medio gas, nos quedamos en casa. Hacemos muchos sacrificios como cualquier deportista de elite, y si vas a medio gas pues ya ves lo que te puede pasar", sentenció.
CARME GARCIA: "NO ME MERECIA LA MEDALLA".
Por su parte, Carme García, cuarta en el descenso femenino de deficientes visuales y ciegos junto a su guía Marina Romero, no se mostró desilusionada por su cuarto puesto puesto que no venía competir a esta prueba y reconoció que viendo su tiempo "no merecía una medalla".
"No lo hemos hecho tan bien como yo esperaba, pero sí mejor que en los entrenos. No veníamos a por el descenso sino a por las pruebas técnicas, pero lo quería hacer porque me gusta. Podría haber estado mejor y lo he intentado, pero estoy muy contenta de estar aquí", comentó García al término de la prueba.
Sobre las posibilidades de medalla, la catalana fue clara. "Cuando bajaba Silvia (Parente), tenía nervios por lo que podría pasar, pero pensaba que si ella bajaba bien me iba a quitar el bronce. Me alegro mucho por ella y además viendo mi tiempo no me merecía estar en el podio", subrayó.
García lamentó la nieve "dura, pero mezclada con artificial" de Sestriere que la hizo "derrapar" mucho. "Hacía una capa muy resbaladiza y no he sabido esquiar, y he ido perdiendo segundo a segundo", dijo la española que advirtió que en el supergigante "irá mejor" y que hoy tampoco había "arriesgado" por el estado de una de sus rodillas.
Finalmente, la catalana se refirió al buen ambiente de la Paralimpiada. "Nos conocemos hace años y cuando me han visto me han animado. Competimos, pero somos amigas. He visto en otras competiciones cosas que no me gustan, pero aquí si no ganas tú, te alegras por tus compañeras", apuntó.
Su guía Marina Romero destacó la buena compenetración que debe existir entre las dos. "Ella corre, pero somos un equipo. Si ella va mal, voy yo mal. Somos un equipo y las alegrías y las penas son para las dos. Llevamos muchos años juntas y tenemos una relación que parece un matrimonio, pero un fallo no es culpa de nadie", finalizó.
