Vancouver/JJ.OO.- Más de 60.000 personas llenan el BC Place en la inauguración de los Paralímpicos con mayor número de r

Actualizado: sábado, 13 marzo 2010 7:04

La debutante Úrsula Pueyo portó la bandera española

El 'rider' Zach Beaumont encendió el pebetero

VANCOUVER (CANADÁ), 13 Mar. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Guiomar López) -

La ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Vancouver, que tendrán lugar hasta el próximo 21 de marzo, tiñó de blanco y rojo el BC Place de la ciudad canadiense, escenario que colgó el cartel de 'no hay billetes', con más de 60.000 asistentes, para la cita con mayor representación de países de la historia.

La delegación española desfiló en 39 lugar. Integrada por cinco deportistas -cuatro deficientes visuales y una discapacitada física-- y cuatro guías, España estuvo abanderada por Úrsula Pueyo, debutante en lides paralímpicas, que aseguró "cumplir un sueño" por haber conseguido llegar a unos Juegos sólo seis años después de empezar a esquiar.

Además, la mallorquina fue una de la doce únicas abanderadas en el desfile, que se inició con la delegación argentina, los primeros albicelestes en competir en la historia de los Paralímpicos, que estuvieron precedidos por los representantes de la Columbia Británica, y concluyó con los representantes del país anfitrión, Canadá.

Junto a ella, el veterano Jon Santacana -que cuenta con tres preseas olímpicas en Salt Lake City como aval-- y su guía Miguel Galindo, la catalana Anna Cohí, con su guía Raquel García, Andrés Boira con Aleix Suñé, y el debutante y benjamín del equipo Gabriel Gorce, con su guía Félix Aznar.

Los cinco deportistas competirán en la modalidad de esquí alpino, iniciando su concurso mañana sábado en la prueba de descenso Santacana, Cohí, Boia y Gorce. La mallorquina Pueyo, por su parte, tendrá que esperar hasta el día 18 para entrar en acción en las pistas de Whistler Creekside.

En total desfilaron más de 650 deportistas, procedentes de 44 países, lo que hace estos Juegos Paralímpicos los más globales de la historia en su décima edición. La ceremonia gozó de gran aceptación popular y se vendieron las 60.000 localidades disponibles e incluso algunos familiares de los deportistas españoles se quedaron sin poder acudir al no encontrar entradas.

UNA CEREMONIA EN TRES IDIOMAS

Una vez que se apagaron las luces del BC Place, el público tomó el protagonismo e iluminó el recinto con los miles de pompones blancos con luces rojas que había repartido la organización. Una cuenta atrás y siete niños aparecieron en escena para la dar la bienvenida en inglés y francés, los dos idiomas que se usaron en toda la ceremonia, y lengua de signos.

Inmediatamente, entró la Gobernadora General de Canadá, Michaelle Jean, rodeada por numerosos niños de las orquestas juveniles locales, que fueron escoltados por 50 miembros de la policía montada.

La interpretación del himno nacional, 'O Canadá', corrió a cargo del cantante y compositor Terry Kelly, que llegó incluso a competir en los Juegos Paralímpicos de Arnhem en 1980 como miembro del equipo de atletismo. Antes de la llegada de las autoridades, John Furlong, consejero delegado del VANOC, y sir Philip Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional, entró en escena la mascota de los Juegos Sumi, que apareció volando en la pista.

Los bailes de la ceremonia tuvieron como referente las primeras naciones de Canadá, al igual que ocurrió en la clausura de los recientes Juegos Olímpicos, así como la unión entre el hombre y la naturaleza. Tras el desfile de los atletas, el bailarín de hip hop Luca Patuelli, que nació con artrogriposis múltiple congénita, animó con sus bailes sobre muletas al público, contando con un cuerpo de baile formado por habitantes de las 26 nacionalidades de Vancouver con edades comprendidas entre los 6 y los 92 años.

La atleta estadounidense Aimeé Mullins, que fue plusmarquista mundial de 100 y 200 metros y salto de longitud, y la canadiense Chantal Petitclerc, ganadora de 21 medallas paralímpicas, 14 de ellas de oro, o el deportista extremo Aaron Fotheringham, o el cantante en silla de ruedas Martin Deschamps guiaron la ceremonia al punto álgido, el encendido del pebetero con la llama paralímpica.

Tras la bienvenida de Furlong, presidente del Comité Organizador de Vancouver 2010, y de Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional, que agradeció a Jacques Rogge, presidente del COI su presencia en la gala, se izaron las banderas canadiense y olímpica.

ENCENDIDO DEL PEBETERO

El atleta paralímpico Rick Hansen se encargó de introducir el final de la ceremonia, en el que se visionaron imágenes del 'Maratón de la Esperanza' de Terry Fox, ídolo nacional ya fallecido que sufrió la amputación de una pierna debido a un cáncer, con tan sólo 18 años.

Fox recorrió gran parte del país para recaudar fondos para la investigación contra el cáncer. Sus padres, Rolly y Betty, fueron los encargados de entrar en el estadio con la llama paralímpica y finalmente fue un joven de 15 años, Zach Beaumont, 'snowboarder' y ciclista, quien encendió el pebetero.

La gala -al igual que la de clausura- estuvo producida por Patrick Roberge, que ya se encargó de las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Calgary en 1988. Ambas ceremonias cuentan con un presupuesto de 4,8 millones de dólares canadienses (unos 3,4 millones de euros).