MADRID, 21 may. (EDIZIONES)
Stevie es un labrador retriever amarillo de cinco años que sufre un trastorno neurológico congénito llamado hipoplasia cerebelosa, que afecta el control motor y sus movimientos, provocando que el perro se tambalee mientras camina.
A pesar de ello, Stevie lleva una vida completamente normal al cuidado de su dueña Jane Cornelius, de Hobart, Indiana, y disfruta de los pequeños placeres que le ofrece la vida cada vez que puede.
En un vídeo filmado por su dueña, se puede ver al labrador chapotear, feliz, en los charcos de barro cerca de una valla metálica llamando la atención de otro perro que se encuentra al otro lado.
El perro alterna saltos con ladridos y movimientos de cola en una demostración de goce y disfrute máximo del agua de los charcos.
Los animales con hipoplasia cerebelosa tienen problemas de movilidad, perdiendo a menudo el equilibrio y la coordinación de sus extremidades. La mayoría reciben el diagnóstico poco después de comenzar a caminar, alrededor de las seis semanas de edad.
Si bien el diagnóstico -y conocer que no hay un tratamiento para la ello- puede asustar, los animales que la padecen tienen una esperanza de vida normal. Y para muestra, Stevie, que además de vivir la vida, comparte sus mejores momentos con otras 50.000 personas más en Instagram, donde es apodado "el perro maravilla".
