EDIZIONES, 30 de ene.
Ruby Kate Chitsey, estudiante de quinto grado, y su madre pusieron en marcha el proyecto 'Three Wishes for Ruby's Residents' para ayudar a recaudar fondos para los ancianos que no tienen recursos económicos en las residencias del noroeste de Arkansas.
Ruby Kate, de 11 años, pasa gran parte de sus veranos en hogares de ancianos cerca de Harrison, Arkansas. Su madre es enfermera geriátrica y trabaja en cinco residencias de la zona. A Ruby le gusta pasar tiempo con los mayores, pero reconoce que alguna vez se aburre.
Fruto de ese aburrimiento, un día Ruby preguntó a una mujer en silla de ruedas por qué estaba mirando a través de las puertas de cristal. Su respuesta, según recogió CNN en un reportaje, rompió el corazón de la niña. La anciana miraba cómo se alejaba su perro, de unos 12 años. Un amigo acababa de llevárselo de visita y la mujer se quedó afligida porque no sabía cuándo lo podía volver a ver.
"Fue muy triste. Nosotros tenemos muchos perros y pude sentir su dolor", dijo Ruby Kate a CNN.
La pequeña es consciente de que para conseguir que un voluntario traiga a los perros de los residentes con mayor frecuencia hace falta dinero. El problema es que muchos de estos mayores no tienen ese dinero.
Según su madre, Amanda Milford Chitsey, las personas mayores que viven en hogares de ancianos en los Estados Unidos pertenecen a un sistema llamado Medicaid por el que reciben alojamiento, comida, atención médica y tan solo 40$ en efectivo al mes para extras. Dentro de esos extras va incluido un corte de pelo, por ejemplo, comida para mascotas e, incluso, regalo para los nietos. "El sistema está diseñado para que su familia cubra esos gastos, pero la realidad es que más de 90% de mis residentes no reciben visitas de sus familiares".
'Three Whishes for Ruby's Residents'
Por todo ello, y pensando en cuántos residentes como aquella mujer en silla de ruedas podía haber que no pudieran costearse esas pequeñas cosas de la vida que te alegran el día, Ruby Kate comenzó el proyecto 'Three Whishes for Ruby's Residents' y, con la ayuda de su madre, abrieron una cuenta de GoFundMe para ayudar a pagar esos deseos.
La niña cogió papel y lápiz y se puso a preguntar uno a uno qué tres cosas en el mundo desearían en ese momento. Sus respuestas la sorprendieron por su simpleza: nadie pedía coches de alta gama, ni dinero. Hubo uno que pidió unos pantalones que le ajustaran bien, otro dijo que hacía más de ocho años que no probaba unas fresas, otros dijeron que querían un teléfono porque no hay ninguno en sus habitaciones y se sienten solos...
De momento, la cuenta ha recaudado más de 55.000 dólares de un objetivo de 40.000$. El proyecto abastece los deseos de cinco residencias y hasta tienen una voluntaria que ha recuperado la alegría de afrontar el día a día, una residente de 74 años que confiesa que el trabajo de ver qué necesitan otras personas le hace sentirse útil y le ayuda a aliviar su depresión.
