TOLEDO, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El calentamiento global es un factor importante a tener en cuenta dado que va a modificar la actual situación vitivinícola, como mantuvo el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (FEAE), Vicente Sánchez Migallón, en las jornadas celebradas en Barcelona para estudiar este fenómeno y de qué manera afecta al cultivo de la uva y la producción vinícola.
Según Sánchez Migallón, la influencia en la vitivinicultura es donde menos importa si se engloba en el conjunto de efectos desastrosos que el calentamiento global puede tener para todo el mundo, informa en nota de prensa.
Aún así es necesario tenerlo en cuenta, ya que cuestiones como el aumento de los riesgos asociados a fenómenos climáticos extremos harán necesario modificar la forma en que se almacena el agua, o la investigación del comportamiento de la naturaleza, entre otros muchos aspectos. Para el presidente de la FEAE, está en gestación un cambio radical que dará mayor importancia a las prácticas de cultivo y los procedimientos enológicos.
El responsable de los enólogos explica que será necesario realizar una selección histórica de las variedades que hay más al sur, y que se podrá cultivar en zonas donde antes no se podía dado que se calcula que los límites septentrionales de su cultivo se desplazan un ritmo de entre 10 y 30 kilómetros por década, y que esa velocidad se duplicará entre el 2020 y el 2050.
Asimismo, indicó, las características del concepto de terruño variará ya que cada año las primaveras serán más secas y los veranos más cálidos, por lo que la pulpa de la uva madurará más rápido y alcanzará altas concentraciones de azúcar, bajas en ácidos, y un Ph muy alto en menor tiempo que ahora, todo ello hace que el desfase entre la madurez de la pulpa y la de las pieles y semillas se acreciente.
A MÁS ALTURA
Por otra parte, las alturas serán cada vez más buscadas por los cultivadores, y se hará un recuerdo del pie bajo como formación de la planta para aguantar estos cambios tan drásticos. La crecida de agua causada por el deshielo de los casquetes polares y las grandes masas de hielo provocarán un aumento del nivel del mar que inundará algunos viñedos actuales.
Sánchez Migallón opina que, en conjunto, se tenderá a una menor producción, aunque en un inicio esta tendencia sea la inversa, y la situación facilitará el cultivo ecológico.
No obstante a todo lo anterior, el presidente de la FEAE mantiene que la verdadera solución al cambio climático implica un cambio global en las estrategias de obtención de energía a escala mundial.
El viñedo es, concluye, una biomasa incuestionable y necesaria para el futuro de muchas zonas actuales, y eliminándolo no estaríamos sino acercando el desierto.
