MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
El sector fotovoltaico aspira a crecer a un ritmo del 20% anual hasta 2020 para alcanzar los 20.000 megavatios (MW), y multiplicar por más de 50 la actual potencia instalada, de 371 MW, anunciaron hoy la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) y la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) en un comunicado.
Para alcanzar este objetivo, las patronales de la fotovoltaica y las renovables proponen la creación de un marco regulatorio que procure un crecimiento "estable, sostenible y sostenido", y que conviva con un sistema de reducción progresiva de la tarifa. ASIF y APPA aspiran a que el coste de la tecnología se asemeje al precio precio doméstico de la luz antes de 2020.
La Comisión Nacional de la Energía (CNE) calcula que la fotovoltaica ha superado ya los 371 MW de potencia instalada planteados como objetivo hasta 2010, gracias al crecimiento del mercado del 500% en el último año.
A la vista de este logro, las patronales piden que se reconduzca el actual modelo de crecimiento, en el que priman las grandes instalaciones en suelo, y conciben la fotovoltaica como una tecnología de pequeña escala y próxima al consumo, en cuyo desarrollo se impida la instalación de plantas superiores a los 10 MW.
Los fotovoltaicos calculan que para cumplir el objetivo deberán instalar entre 400 y 500 MW durante los primeros años y alcanzar una potencia instalada que permita cubrir un 20% del crecimiento de la demanda eléctrica prevista hasta 2020.
REDUCCIÓN DE TARIFAS.
ASIF y APPA han asumido el descenso en la retribución al kilovatio fotovoltaico a corto plazo por los cambios en el contexto de precios, y estiman que la tarifa en este ámbito podría reducirse entre un 10% y un 15% salvo en la actividad de edificación, que necesita un mayor apoyo para despegar.
Para conjugar esta caída con un crecimiento sostenido del 20% anual, se ha propuesto la implantación de un sistema similar al alemán, en el que se aplica una reducción anual de la tarifa con revisiones periódicas que permita ajustar el desarrollo de la tecnología fotovoltaica a los principios de la planificación. A cambio, los empresarios no tendrán limitaciones en la potencia que podrán instalar.
A partir de 2010 se ha propuesto un descenso en la tarifas del 5% anual, que se corresponde con el ritmo de reducción de costes del sector. Al aplicarse esta tendencia, antes de 2020 el coste del kilovatio fotovoltaico se equiparará al precio doméstico de la electricidad y quedará en torno a los 20 céntimos por kilovatio hora (kWh).
En ese momento, estiman APPA y ASIF, la tecnología habrá atravesado el umbral de competitividad económica y podrá desplegarse masivamente hasta convertirse en una de las tecnologías de generación de referencia.
Los fotovoltaicos calculan que el proceso de implantación de esta fuente de generación ahorrará importaciones energéticas por unos 1.500 millones de euros anuales en 2020, así como emisiones de CO2 por unos 1.000 millones.
Además, los costes de generación descenderán en 1.700 millones, mejorará la respuesta a la punta de demanda y se desarrollarán las redes de distribución.
(EUROPA PRESS ECONOMIA)
