BRUSELAS, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, rechazó hoy que sus motivos para asistir a la reunión de ministros de Economía de la eurozona --de los 15 países en los que circula el euro--, el próximo lunes en Bruselas, guarden relación con la "situación presupuestaria de Francia". Por el contrario, dijo, la razón "más inmediata" de su asistencia responde a su deseo de "tener un mayor conocimiento de los asuntos comunitarios".
"Esta vez he querido participar en el Eurogrupo y no tiene nada que ver con la situación presupuestaria francesa", aseguró el jefe del Ejecutivo comunitario en una comparecencia ante los medios. Asimismo, rechazó que su asistencia sea algo "excepcional", tras recordar que "no es la primera vez" que participa en este tipo de reuniones.
"Después de la reunión de Londres en la que participé, creo que es importante seguir de forma más directa las decisiones del Eurogrupo", explicó Barroso en alusión a la cumbre que celebraron en la capital británica el primer ministro italiano, Romano Prodi, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y el anfitrión, el primer ministro británico, Gordon Brown, para analizar cómo afrontar el impacto real en Europa de la crisis de las 'hipotecas basura' en Estados Unidos.
"Me gustaría, si me lo permite la agenda, asistir con más frecuencia a estas reuniones del Eurogrupo", aseguró. También aprovechará el lunes para reunirse con el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, con quien "mantiene un contacto muy frecuente" en un momento de incertidumbre económica, explicó.
La Comisión Europea pidió el pasado 30 de enero a Francia y a Italia que aceleren el ritmo de reducción de su déficit público para dotarse de un margen de seguridad que garantice a ambos países que no volverán a sobrepasar el umbral del 3% del PIB cuando se complique la situación económica. El Gobierno de París pretende reducir 3 puntos porcentuales el nivel de gasto público, que se eleva actualmente a más del 53% del PIB, uno de los más elevados de la UE.
La última actualización del programa de estabilidad presentado por Francia al Ejecutivo comunitario, que cubre el periodo 2007-2012, constata que el ritmo de consolidación presupuestaria y de reducción de la deuda se ha ralentizado en 2007 y será menos ambicioso en los años siguientes. Por ello, el equilibrio presupuestario no se logrará en 2010 como pactaron los 27 el pasado abril sino en 2012. Además, este ajuste no está garantizado porque se basa en un escenario macroeconómico optimista y en reducciones de gasto y reformas estructurales que todavía no se han definido.
