BRUSELAS, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero ejecutivo de BBVA José Manuel González-Páramo ha advertido este miércoles de que los avances en inteligencia artificial y neurotecnología tienen un impacto "positivo" en el bienestar social, la educación y el mundo empresarial, pero al mismo tiempo ha advertido de que también tienen "consecuencias indeseadas", como un aumento de la desigualdad.
Así lo ha expresado en su intervención para abrir la conferencia '¿Necesitamos nuevos derechos humanos?' en Bruselas, organizada por BBVA y OpenMind para discutir las implicaciones que tiene el desarrollo de la neurotecnología y la inteligencia artificial.
"Puede exacerbar la desigualdad social. El uso de las neurotecnologías podría permitir que la gente refuerce su capacidad mental provocando cuestiones de desigualdad, en particular si estos avances se usan básicamente en los países desarrollados", ha expresado.
A su juicio, el desarrollo de estos dos campos también puede ofrecer a empresas y gobiernos la "oportunidad de explotar o manipular a la gente" y de dejar a la sociedad desprotegida frente a todos aquellos organismos, públicos o privados, que tengan acceso a los datos neuronales de los ciudadanos.
En el lado positivo, González-Páramo ha destacado que las tecnologías de estimulación celebral y las capacidades de inteligencia artificial "están abriendo nuevos enfoques para tratar enfermedades y aumentando potencialmente la capacidad cognitiva".
"Estos avances pueden conllevar enormes oportunidades para mejorar la calidad de vida, por ejemplo, ante lesiones cerebrales, parálisis, la enfermedad de Parkinson o transformando a mejor la experiencia humana", ha señalado.
Sin embargo, el consejero ejecutivo de BBVA también ha apuntado que el "nuevo paradigma digital" también puede suponer "nuevas cuestiones éticas". En este sentido, ha puesto el acento en la necesidad de que las personas puedan mantener en privado sus datos neuronales, la posibilidad de que las decisiones y sentimientos puedan ser alterados por las neurotecnologías, el desarrollo de "super humanos" o el peligro de que los avances no lleguen a todo el mundo.
LA LEGISLACIÓN NO ES "CAPAZ" DE HACER FRENTE A LOS NUEVOS DESAFÍOS
En este contexto, González-Páramo ha subrayado que el marco regulatorio y ético actual "no es capaz de abordar los nuevos desafíos vinculados con la innovación digital" porque "carece de dinamismo y flexibilidad" y "no es lo suficientemente transversal para llegar a todos los sectores y geografías".
"La respuesta política debe por tanto evolucionar hacia una nueva etapa", ha recomendado, para después señalar que debe avanzar hacia un enfoque "tecnológico-agnóstico", es decir, sin ideas "preconcebidas" sobre la tecnología, especialmente las negativas.
"La tecnología no es beneficiosa o nociva 'per se'. La clave es centrarse en cómo se utiliza esta tecnología y cómo pueden mitigarse sus inconvenientes", ha apostillado.
