Debate (8).- (Ampliación) Zapatero mantiene su propuesta de elevar la edad de jubilación hasta los 67 años

Actualizado: miércoles, 14 julio 2010 15:47

Dice que, sin los sindicatos, "la defensa de los trabajadores quedaría definitivamente debilitada"


MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ratificó hoy la propuesta del Ejecutivo para elevar la edad legal de jubilación desde los 65 a los 67 años de forma progresiva, en un plazo de 12 años, y reiteró su intención de ampliar el periodo de cálculo de las pensiones para evitar el perjuicio que supone perder el empleo en los últimos años de la vida laboral.

Durante el discurso inicial del Debate sobre el estado de la Nación, Zapatero también mencionó su apuesta por aumentar el periodo necesario para tener derecho a una pensión para "mejorar su grado de contributividad", y apostó por "medidas relevantes" para la sostenibilidad que afecten a las jubilaciones anticipadas y prejubilaciones.

Así, el jefe del Ejecutivo se mantuvo firme en la propuesta de reforma del sistema de pensiones remitida por el Gobierno al Pacto de Toledo y mostró su deseo de que ésta pueda promoverse "cuanto antes" y con el más amplio consenso posible.

Aunque Zapatero insistió en que el sistema de pensiones se encuentra en situación de superávit y "no presenta problema de solvencia alguno", aseguró que tampoco se puede "cerrar los ojos" a una reforma ante el progresivo envejecimiento de la población. "No es un problema de hoy, pero es un problema que debemos resolver", añadió.

"Debemos despejar cuanto antes las incertidumbres sobre la sostenibilidad del sistema", entre otras cosas, dijo, "para reforzar la credibilidad de las finanzas públicas".

LLAMA A LA CALMA A LOS SINDICATOS.

Además de reafirmarse en la propuesta de reforma del sistema de pensiones que el Gobierno trasladó al Pacto de Toledo, que fueron respondidas por los sindicatos con movilizaciones, el jefe del Ejecutivo defendió la reforma laboral, que ha motivado la convocatoria de la huelga general del próximo 29 de septiembre.

Con una de cal y otra de arena, quiso calmar los ánimos de los sindicatos y aseguró que entre los objetivos de la reforma laboral "no figura el debilitamiento de los sindicatos".

"Que nadie lo espere, siguen siendo la mejor representación de los trabajadores. Sin ellos, la defensa de los intereses de los trabajadores quedaría definitivamente debilitada", afirmó entre aplausos de la bancada socialista.

Más centrado en el trámite parlamentario de la reforma del mercado de trabajo, Zapatero reconoció que ésta "es mejorable" y aseguró que las centrales sindicales "tienen una posibilidad relevante de colaborar para que la reforma dé de sí todas sus potencialidades de cambio".

"El Gobierno desea concluir la reforma con el mayor consenso y, por ello, está abierto a incorporar las enmiendas que puedan ayudar a aumentar su efectividad", apostilló el jefe del Ejecutivo.

SOLUCIONES REALES A LOS PROBLEMAS DE LOS EMPRESARIOS.

Por otro lado, Zapatero tuvo algún guiño también para los empresarios cuando desgranó algunos de los aspectos más relevantes de la reforma laboral. Según dijo, el decreto del Gobierno incluye medidas "de calado" que se dirigen a aumentar la flexibilidad interna de las empresas a través de la aplicación efectiva de las cláusulas de descuelgue y los expedientes de reducción de jornada.

"Se trata de medidas destinadas a buscar soluciones reales a las necesidades de las empresas y que ofrezcan alternativas distintas a la supresión de puestos de trabajo", explicó, antes de añadir que, por el lado de la flexibilidad externa, la reforma también clarifica las causas del despido objetivo "para preservar la viabilidad de las empresas".

Además, Zapatero recordó que el Gobierno ha introducido medidas para limitar el uso de la contratación temporal, un movimiento que ha sido criticado por los empresarios, pero añadió que "éstas se incorporan con carácter progresivo para no cegar ninguna vía de acceso al empleo".

Por último, Zapatero quiso recomponer el tercer lado del triángulo que forma el diálogo social, roto tras el último desencuentro entre patronal y sindicatos en las negociaciones de los últimos meses, recordando que todas las disposiciones para aumentar la flexibilidad del mercado de trabajo son "medidas que requerirán acuerdo entre empresarios y representantes de los trabajadores".