MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha reducido en una décima su previsión de crecimiento económico para este año, hasta el 2,1%, cuatro décimas por debajo del crecimiento del 2,5% logrado en 2018, según el Panorama Económico que elabora la organización empresarial.
Asimismo, la patronal ha señalado que la desaceleración será "muy gradual" y se prolongará a lo largo de este año y de 2020, cuando estima que el crecimiento será del 1,8%.
Según el documento, los factores que explican este cambio son un menor crecimiento del empleo y de las exportaciones, además de la incertidumbre sobre el proceso de consolidación fiscal y el aumento de los costes empresariales.
La CEOE cree que la demanda interna continuará como el principal motor del crecimiento económico español, aunque prevé que se moderará la aportación positiva al PIB en 2019 y 2020 y que la construcción será el componente más dinámico.
También apunta que la inversión empresarial aminorará su ritmo de avance ante "el aumento de la incertidumbre y el incremento de los costes laborales, incluido el aumento de la presión fiscal".
Respecto al consumo privado, la patronal prevé una ralentización del mismo de cara al cierre del año, hasta situarse en el entorno del 2%. "El menor avance de la creación de empleo, junto con cierta recuperación de la tasa de ahorro, lastrarán el incremento del gasto de las familias", ha apuntado.
No obstante, ha afirmado que las favorables condiciones financieras y la moderación de la inflación apoyarán el consumo, aunque no compensarán el menor empuje del empleo.
En lo que respecta al sector exterior, la CEOE estima que el crecimiento de las exportaciones será "difícilmente sostenible" y cree que las importaciones también mostrarán una evolución "más moderada", en línea con el menor crecimiento de la demanda nacional, por lo que "la aportación del sector exterior será menos negativa que en 2018".
El informe de la patronal también apunta que los empresarios están preocupados por la desaceleración económica, la incertidumbre interna y el aumento de los costes empresariales.
