Economía/Macro.- El crecimiento de la economía francesa se situará en 2007 en el 1,9%, según Insee

PARIS, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -

El crecimiento de la economía francesa se situará en el 1,9% en 2007, según los datos publicados hoy por el Instituto francés de Estadística y Estudios Económicos (Insee), algo por debajo de la previsión realizada por la ministra de Economía, Christine Lagarde, que hablaba de una horquilla de entre el 2% y el 2,5%.

El instituto galo indica también que, de no haberse producido la huelga de transportes en octubre, el crecimiento del PIB francés hubiera alcanzado el 0,6% en el cuarto trimestre, en lugar de un 0,5%, tras lograr una tasa del 0,4% en el primer semestre del año.

Asimismo, señala que la clara apreciación del euro pesará sobre las exportaciones de finales de año y principios de 2008 y que la inversión de las empresas, todavía dinámica a finales de 2007, se verá paulatinamente frenada por las condiciones de financiación y la ralentización de la demanda extranjera.

En cuanto al consumo, se verá sometido a influencias contradictorias dado que el alza de la inflación energética y alimentaria pesará sobre los ingresos reales de los hogares que, no obstante, mantendrán su nivel de consumo reduciendo su ahorro, corrigiendo así en parte la fuerte progresión de 2007.

La creación de empleo también se contraerá y el paro bajará más lentamente. La tasa de paro se reducirá, no obstante, situándose en un 7,7% de la población activa en el segundo semestre del año entrante, según las previsiones del Insee, que recuerda que la principal fuente de incertidumbre sigue siendo la amplitud de la crisis de liquidez.

Añade que las pérdidas de parte del mercado de exportación francés parecen atenuarse y que la inversión de las empresas se ve apoyada por el aumento de la utilización de las capacidades. No obstante, cree que la economía francesa no escapará del todo a la ralentización de la economía mundial.

Según el Insee, los datos superiores a los previstos registrados en el tercer trimestre del año en numerosos países demuestran que el crecimiento mundial ha resistido bien las múltiples turbulencias a las que se ha visto afectado durante 2007, como la caída del mercado inmobiliario norteamericano, la crisis de las hipotecas de alto riesgo que condujo a la falta de liquidez o el fuerte alza del precio del petróleo en el segundo trimestre.

En todo caso, augura que los efectos de estas alteraciones en la economía mundial se materializarán más claramente en 2008 y que en todos los países la inversión de las empresas se verá penalizada por el endurecimiento de las condiciones de financiación y que la tendencia inflacionista de las materias primas y la energía frenará el consumo de los hogares.