TOKIO, 27 Mar. (Reuters/EP) -
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de Japón se mantuvo invariable en febrero, lo que coloca la economía del país a las puertas de regresar a la deflación, amenazada por la fuerte caída en los precios del crudo en un momento en el que el Gobierno trata de salir de una recesión que se hace cada vez más profunda.
Esta coyuntura de precios al consumo, barómetro que mide la demanda doméstica, combinada con una caída de las ventas al por menor superior a la prevista en febrero dibujan un panorama incierto para la economía del país asiático. Además, las exportaciones de Japón, sobre las que históricamente ha basado su crecimiento económico, se están reduciendo a marchas forzadas con motivo de la crisis económica global.
Con importantes disminuciones de la demanda doméstica y externa, la economía japonesa podría ser una de las que más tarde en recuperarse de la recesión. Por ello, se espera que Tokio anuncie un nuevo paquete de estímulo económico después de aprobar sus presupuestos para el año fiscal que comienza el próximo 1 de abril, que serán aprobados hoy.
"Japón se enfrenta a una deflación de los precios al consumo", anunció Akira Maekawa, economista de UBS Securities, quien añadió que se espera "que el IPC sea negativo en términos interanuales en marzo y siga siéndolo al menos hasta final de año, debido a la combinación del debilitamiento del precio de la energía y el deterioro de las exportaciones". Respecto al descenso de la demanda, explicó que "las compañías japonesas siguen produciendo más de lo que los consumidores quieren comprar".
Por su parte, el ministro de Finanzas, Kaoru Yosano, declaró que es aún demasiado pronto para decir que Japón está en deflación, aunque muchos economistas prevén lo contrario y el Banco de Japón pronostica dos años consecutivos de caída de precios.
El gobernador de la institución, Masaaki Shirakawa, avanzó que próximamente tomarán medidas al respecto. "El IPC será negativo a partir de ahora como reacción a las subidas en los precios de la energía y de los alimentos de la pasada primavera y el pasado verano", aseguró. "Si empeora la demanda de suministro, esto añadirá más presión sobre los precios", apuntó.
