DAVOS (SUIZA), 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
El crecimiento de la economía mundial cobrará ímpetu este año y el siguiente gracias a la mejora de las condiciones generales y el impulso extraordinario relacionado con el estímulo fiscal de la reforma tributaria de EEUU, lo que permitirá una expansión del PIB mundial del 3,9% en 2018 y 2019, lo que supone una revisión al alza de dos décimas en ambos casos respecto a las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En la actualización de su informe 'Perspectivas Económicas Mundiales', presentado en la localidad suiza de Davos antes del comienzo del Foro Económico Mundial, la institución destaca el fortalecimiento de la expansión cíclica en la segunda mitad de 2017, con sorpresas al alza en el crecimiento del PIB de Alemania, Japón, Corea del Sur y EEUU, lo que permitió que la economía mundial haya cerrado 2017 con un crecimiento del 3,7%, una décima más de lo anticipado previamente.
De este modo, el FMI señala que las condiciones financieras favorables y la fortaleza de la confianza contribuirán a mantener la aceleración de la demanda en el horizonte de los próximos dos años entre las economías avanzadas, cuya expansión ha sido revisada al alza, hasta el 2,3% este año y el 2,2% en 2019, lo que supone una mejora de tres y cuatro décimas respectivamente.
"Las previsiones de crecimiento para EEUU han sido revisadas al alza dada la actividad más fuerte de lo previsto en 2017, la mayor demanda exterior y el esperado efecto macroeconómico de la reforma fiscal", subraya la institución internacional, que prevé un crecimiento para EEUU del 2,7% en 2018, cuatro décimas más que el pasado otoño, y del 2,5% en 2019, seis décimas más.
"La previsión asume que el descenso de la recaudación fiscal no se verá compensado con recortes del gasto a corto plazo. De este modo, se espera que la reforma fiscal estimulará a corto plazo la actividad en EEUU", añade el FMI, advirtiendo del impacto sobre el déficit por cuenta corriente estadounidense.
En el caso de la zona euro, la actualización de previsiones del FMI supone una mejora de tres décimas para los dos próximos años, cuando el PIB de la región crecerá un 2,2% y un 2%, respectivamente, incluyendo una sensible mejoría de las proyecciones para Alemania, hasta el 2,3% en 2018 y el 2% en 2019, lo que representa medio punto porcentual más respectivamente.
En el caso de Francia, la institución ha mejorado una décima el pronóstico para 2018, hasta el 1,9%, ritmo de expansión que se mantendrá en 2019, mientras Italia ha visto mejoradas sus proyecciones al 1,4% en 2018 y el 1,1% en 2019, un incremento de tres y dos décimas respectivamente.
De este modo, solo España entre las grandes economías de la eurozona ha visto rebajada su estimación de crecimiento, hasta el 2,4% en 2018 desde el 2,5%, mientras que en el caso de 2019 la economía española crecerá un 2,1%, una décima más.
Fuera de la zona euro, los nuevos pronósticos del FMI apuestan por una expansión del 1,5% de la economía de Reino Unido este año y el siguiente, lo que supone mantener su previsión de otoño para este año, pero una rebaja de una décima para el siguiente ejercicio.
En el caso de Japón, la institución prevé un crecimiento del 1,2% en 2018, medio punto porcentual más de lo proyectado anteriormente, así como del 0,9%, una décima más.
EMERGENTES.
En cuanto a las economías emergentes, las nuevas proyecciones del FMI mantienen la expectativa de un crecimiento del 4,9% en 2018 y del 5% un año después, mejorando en una décima en ambos casos las previsiones para la economía china, hasta el 6,6% este año y el 6,4% el siguiente.
Los pronósticos para América Latina y el Caribe se mantienen sin cambios en el caso de 2018, cuando la región crecerá un 1,9%, mientras han sido revisados dos décimas al alza para 2019, hasta el 2,6%, incluyendo un crecimiento del 1,9% este año y del 2,1% el que viene en el caso de Brasil, que ve así mejoradas sus proyecciones en cuatro y una décima respectivamente.
Por su parte, México ha visto revisadas al alza sus previsiones de crecimiento por parte del FMI en gran parte por el efecto positivo anticipado en el crecimiento de EEUU tras la reforma fiscal, alcanzando una expansión del 2,3% en 2018 y del 3% en 2019, lo que supone una mejora de cuatro y siete décimas respectivamente.
