Actualizado 04/09/2006 21:06

RSC.- Casi la mitad del pescado que se consume en el mundo procede de la acuicultura, según la FAO

El estancamiento de las capturas tanto en mar como en agua dulce hace de las piscifactorías una gran baza en la lucha contra el hambre


ROMA/NUEVA DELHI, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Cerca de la mitad del pescado que se consume en el mundo procede de piscifactorías y no de capturas en el mar, según las estadísticas recogidas un nuevo informe de la FAO publicado hoy. "Tenemos que asegurarnos de que el sector continúa su expansión de forma sostenible, para proporcionar comida e ingresos a más personas, en especial en áreas como África subsahariana y Asia, donde subsisten el hambre y la pobreza", afirmó el director Adjunto de la FAO para la Pesca, Ichiro Nomura.

'El estado mundial de la acuicultura 2006' fue presentado hoy en la reunión bienal del Subcomité de Acuicultura de la FAO (Nueva Delhi, 4-8 de septiembre) ante delegados de más de 50 países.

Mientras que en 1980 tan sólo el 9% del pescado para el consumo humano procedía de la acuicultura, esa cifra se ha elevado hoy al 43%, según el estudio. En total, 45,5 millones de toneladas de pescado anuales proceden de piscifactorías, una producción que alcanza un valor de mercado de 49 millones de euros. El total de las capturas de pescado sumando las realizadas en el mar y en las procedentes de agua dulce es de 95 millones de toneladas al año, de las que 60 millones se destinan al consumo humano.

NO HAY SUFICIENTE PESCADO EN EL MAR

La demanda mundial de consumo de pescado continúa creciendo, en especial en los países ricos y desarrollados, que en 2004 importaron 33 millones de toneladas, por valor de casi 47.500 millones de euros, el 81 por ciento del valor de todas las importaciones de pescado realizadas aquel año.

En contraste, el volumen de capturas ha permanecido básicamente estable desde mediados de la década de 1980, oscilando entre las 90 y las 93 millones de toneladas anuales y no hay muchas opciones de que se incrementar significativamente, según la FAO.

El estudio de la Organización de la ONU sobre las reservas ícticas a nivel mundial demuestra que de las 600 especies de valor comercial analizadas, el 52% están plenamente explotadas, el 25% se encuentran sobreexplotadas, agotadas (7%) o en fase de recuperación (1%). Otro 20% se encuentra moderadamente explotado, con tan sólo un 3% escasamente explotado.

"Las capturas marinas son todavía elevadas, pero se han estabilizado, probablemente de forma definitiva", explicó la secretaria del Subcomité de Acuicultura del Departamento de Pesca de la FAO, Rohana Subasinghe. Esta estabilización, unida a una creciente población mundial y el incremento de la demanda de consumo de pescado per cápita, podría provocar dificultades de abastecimiento.

El informe de la FAO estima que serán necesarias 40 millones de toneladas adicionales de pescado en 2030 tan solo para mantener los actuales niveles de consumo. La única opción para satisfacer la demanda futura será la producción en piscifactorías, según Subasinghe.

FUTURO DE LA ACUICULTURA

"La acuicultura podría cubrir la diferencia entre el abastecimiento y la demanda, pero existen otros factores que pueden empujar la producción en dirección opuesta, haciendo difícil que la industria crezca de forma suficiente para cubrir la demanda en las próximas décadas", explica el documento.

La acuicultura ha experimentado un fuerte crecimiento desde mediados de la década de 1980, con un crecimiento cercano al 8% anual. Hoy en día continúa su expansión en casi todas las regiones del mundo, con la excepción notable de África subsahariana.

Pero la FAO está preocupada por un posible freno de este impulso si gobiernos y agencias de desarrollo no ajustan sus políticas para responder a las crecientes dificultades que amenazan el futuro crecimiento del sector. Una de las principales dificultades, asegura la FAO, es la falta de inversiones que padecen los productores en los países en desarrollo, además de la escasez de tierra y de agua dulce para la acuicultura. El aumento de los costes energéticos representa otro problema adicional que se suma a la preocupación por el impacto medioambiental de las nuevas instalaciones.

"Necesitamos empezar a planificar ahora la forma de afrontar estos desafíos, ya que la acuicultura es crucial en la lucha contra el hambre en el mundo", aseguró el director Adjunto de la FAO para la Pesca, Ichiro Nomura.

"Ofrece una fuente de alimentación que es rica en proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Y representa una manera de potenciar el desarrollo y crear empleo, haciendo aumentar los ingresos familiares y los beneficios del uso de los recursos naturales", añadió Nomura.