Atuneros españoles del Indico piden que un barco militar complete al avión de vigilancia frente a los piratas somalíes

Actualizado: domingo, 2 noviembre 2008 14:12

Los pesqueros ven "perfectamente bien" el acuerdo de colaboración en la zona firmado por Defensa con Francia

BILBAO, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los atuneros españoles que faenan en aguas del Océano Indico aseguraron hoy que el avión de vigilancia del Ejército les da "un margen de confianza" frente a los piratas somalíes, pero advirtieron de que su labor debe ser completada por algún buque de guerra. "Lo del avión lo vemos muy bien, ahora, falta algo más en el mar, un barco, porque, si te viene un pirata, puede hacer lo que quiera y el avión no le puede atacar, entonces no hacemos nada", precisaron.

Tripulantes de un atunero de Bermeo (Vizcaya) que faena en esas aguas se refirieron de esta forma, en declaraciones a Europa Press, al acuerdo que hoy firmará en Djibuti, cerca de Somalia, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, con su homólogo francés, Hervé Morin, para una declaración de "apoyo mutuo" mediante la que sus respectivos destacamentos intercambien información y personal en el marco de las operaciones para prevenir los actos de piratería en aguas del Indico.

En este sentido, los atuneros españoles también señalaron que la firma de este acuerdo la ven "perfectamente bien", aunque insistieron en que "con el avión es suficiente por el aire pero faltan medios marinos, barcos".

España mantiene desplegado en Djibuti, desde el pasado 21 de septiembre, un avión de combate especializado en vigilancia marítima 'P3 Orion' que ha llegado a impedir el secuestro de un petrolero de bandera panameña al realizar tres pasadas y un lanzamiento de botes de humo contra las lanchas de los piratas que asediaban el buque.

El denominado destacamento Orion, en contacto permanente con la célula de coordinación de la Unión Europea, ha realizado más de 30 salidas y ha completado 250 horas de vuelo en operaciones de prevención y disuasión de la piratería.

Los atuneros españoles explicaron que el avión de reconocimiento recorre la costa somalí y advierte a los pesqueros "constantemente de cualquier novedad que se produzca".

"A nosotros el avión, claro, nos da un margen de confianza porque, si localiza al pirata antes de que nos alcance, podremos escapar siempre que no estemos largados. Pero si lo localiza y no lo puede detener, nos puede alcanzar", añadieron.

Respecto al intento de secuestro en septiembre del atunero francés Trevignon y del atunero bermeano Playa de Anzoras -éste último perteneciente a la empresa Pevasa, propietaria también del Playa de Bakio, secuestrado en abril de este año-, destacaron que ambos barcos "estaban a más de 300 millas de la costa" (más de 550 kilómetros), cuando las aguas nacionales de Somalia, a las que no entran los pescadores, llegan a las 200 millas (370 kilómetros).

Los intentos de secuestro se produjeron "a más de 100 millas del límite nuestro" de las 200 millas de la costa. "Fíjate tú a donde vienen", precisaron.

En cuanto a estos dos sucesos, explicaron que los barcos atuneros tuvieron "suerte" porque hacía mala mar y no habían largado las redes, lo que les permitió poner proa al viento y, a toda la velocidad que permitían sus máquinas, burlar a los piratas que, con mala mar y navegando contra el viento, no pueden poner sus lanchas a los 30 nudos que alcanzan, porque se romperían.

En los últimos días, advirtieron, tienen "mucho miedo" porque el mar está en calma "como un río" y los barcos pesqueros más veloces logran alcanzar "como mucho" 17 nudos, 13 menos que los piratas.

"Tenemos mucho miedo: vemos barquitos pequeños, incluso cuando vienen los auxiliares nuestros, de algún otro barco, les llamamos por el canal nuestro de socorro y, si no nos contestan, ya tenemos problemas, andamos asustadillos", añadieron.

Respecto a la actuación de los pesqueros españoles, remarcaron que ninguno sobrepasa la línea de las 200 millas y, si alguno "quiere ir de listillo", la caja azul, "que es como la caja negra de los aviones", advierte a toda hora a Madrid de la posición, rumbo o velocidad de cada barco.