El PP descarta incluir la cosecha y la variedad en las etiquetas del vino de mesa como propone la ponente
BRUSELAS, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El arranque de viñedos que prevé la Comisión Europea de la próxima reforma de la organización común del mercado (OCM) del vino no deberá ser el eje de la misma y además tendrá que estar limitada según regiones y ser sometida a la aprobación de cada Estado miembros, según indica el informe preliminar sobre la reforma que se presentó hoy en la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.
El documento parlamentario indica que un arranque enfocado como "medida para reducir la producción y la mano de obra empleada y no para el control de la producción" hará que no se pueda alcanzar el objetivo de competitividad que persigue la reforma.
Tal y como ya han señalado países productores como España, indica que "el abandono definitivo no debe constituir el punto central de la reforma" y, aunque admite la idea de la Comisión de que la iniciativa quede en manos del productor, pone como "condición" que los Estados miembros "puedan aprobar o no el abandono definitivo" y que corresponda a cada Gobierno fijar "un límite máximo" de arranque por zonas.
El informe considera que el arranque debería "limitarse" en zonas montañosas o insulares productoras de vino, en lo viñedos que producen vinos con salida comercial o aquellos que hayan recibido subvenciones comunitarias.
Estas indicaciones forman parte de la propuesta de informe sobre la reforma del sector vitivinícola que hoy presentó la eurodiputada socialista griega Katerina Batzeli ante la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y que ahora deberá ser enriquecido con las distintas enmiendas de los grupos y aprobado por la comisión y más tarde por el Pleno de la Eurocámara.
Este proceso terminará en el mes de febrero de 2007, antes de que la Comisión Europea presente su propuesta legislativa en firme, prevista para abril o mayo. En última instancia, la reforma del vino que aprueben los Estados miembros tendrá que contar también con el visto bueno del Parlamento Europeo.
Además de en el arranque de viñedos, el informe Bazteli contiene comentarios respecto de otros aspectos, como por ejemplo, la salida que debe darse a las ingentes producciones de vino de mesa, de lejos menos competitivo que los vinos de calidad.
A este respecto, Bazteli admitió en su intervención que el exceso de producción y de destilación afecta a los vinos de mesa, debido a que la elaboración de los vinos de calidad se rige por ciertas normas entre la que se incluye la eliminación de una parte de la producción de cada año.
La ponente del informe propuso imitar este procedimiento para los vinos de menos calidad, consciente de que la única manera de convencer a los agricultores para reducir su producción es que encuentren en ello algún "beneficio".
ETIQUETADO DE VINO DE MESA
Por eso, propuso que el etiquetado de este tipo de caldos incluya algunas indicaciones propias del vino de calidad, como fijar la añada y la variedad de la uva, que deberá acompañarse del respeto obligado de las reglas que rigen la producción de vino de calidad. "Con este método podremos conseguir que tenga un precio más adecuado", añadió la eurodiputada griega.
Asimismo, su informe subraya la importancia del catastro vitícola para controlar el respeto de los términos de rendimiento y para gestionar las prácticas enológicas.
La eurodiputada del PP Esther Herranz se opuso a la idea relativa al etiquetado del vino de mesa al considerarla una "contradicción" y que, al equipararlo con las normas para el vino de calidad el único resultado posible es mermar a este segundo, además teniendo en cuenta que unos buenos resultados económicos actuales no los aseguran en el futuro.
"Hay que apostar por la calidad y para ello no queda otra que controlar las plantaciones, las prácticas enológicas y añadir la regulación de los vinos de países terceros", dijo Herranz, quien subrayó con respecto a los vinos importados que "entran aquí como productos químicos, porque no sabemos cómo se hacen".
