PARIS, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ministro francés de Agricultura, Michel Barnier, lamenta la decisión de Estados Unidos de triplicar los aranceles a la importación del Roquefort francés adoptada como medida de represalia después de que Bruselas haya optado por continuar prohibiendo la entrada en Europa de la carne con hormonas norteamericana.
"Esta sanción es injustificada", se queja el ministro francés en un comunicado en el que recuerda que la legislación comunitaria prohibe desde 1988 importar carne hormonada teniendo en cuenta el riesgo sanitario que representa.
"Los 27 Estados miembros de la Unión Europea tenemos una exigencia común: la de la seguridad de nuestra alimentación y la conservación de la diversidad de nuestro patrimonio gastronómico", explica Barnier.
El ministro argumenta que Francia y Europa están comprometidas con una alimentación sana, originaria de sus regiones, y que una política "de calidad" tiene que hacerse al mismo tiempo que una política de "seguridad sanitaria". "Nos opusimos a la introducción de ternera con hormonas igual que a la del pollo contaminado con productos clorados", prosigue.
Barnier defiende además que el queso roquefort es un "producto tradicional" que ilustra la capacidad de una producción de garantizar al mismo tiempo "la seguridad sanitaria de los alimentos y el mantenimiento de un patrimonio gastronómico mundialmente reconocido".
Frente a esta situación, asegura que la UE no permanece inactiva y recuerda que a finales del pasado año lanzó un nuevo recurso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para recibir el aval a su legislación. Barnier confía, en este sentido, que "un diálogo amistoso con la nueva Administración Obama ayude a resolver el problema".
MERCADO AUSTRALIANO.
El titular francés de Agricultura subraya igualmente su voluntad de apoyar a los productores afectados y anuncia medidas de promoción y apoyo a la exportación del Roquefort en el mercado norteamericano. Además, dice que existen nuevos cauces para los productores dado que el pasado 15 de noviembre se firmó un protocolo de acuerdo con Australia que permite abrir el mercado australiano al famoso queso francés.
"La apertura del mercado australiano al Roquefort es el resultado de un análisis de riesgo especialmente intenso y ha sido posible gracias al compromiso de los productores de leche de oveja y de los industriales para respetar exigentes normas microbiológicas", sostiene.
