BRUSELAS, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea autorizó hoy la adquisición de Protac por parte de Roxel. Se trata de dos empresas francesas que fabrican sistemas de propulsión para misiles. El Ejecutivo comunitario llegó a la conclusión de que la operación no tendrá un impacto negativo sobre la competencia en el espacio económico europeo o en una parte sustancial del mismo.
Protac es una filial de la empresa alemana Bayern-Chemie, que fue adquirida por MBDA en julio de 2007. MBDA está controlada conjuntamente por tres grandes compañías europeas de equipos de defensa: BAE Systems, European Aeronautic Defence y Space Company EADS y Finmeccanica. Se dedica a fabricar misiles y sistemas de misiles.
Por su parte, Roxel, que al igual que Protac comercializa sistemas de propulsión para misiles, es una empresa común entre MBDA y la sociedad pública francesa SNPE, especializada en la fabricación de cargas propulsoras y equipo energético, fundamentalmente para las industrias aeroespacial, de defensa y del automóvil, y propulsores y explosivos de uso militar.
El Ejecutivo comunitario analizó los solapamientos resultantes de las actividades de MBDA en el mercado de propulsores para misiles a través de su participación en Roxel. También examinó los efectos verticales de la operación derivados de las actividades de Bayern-Chemie/Protac en el dominio de la producción y venta de sistemas de propulsión, especialmente los motores para misiles tácticos, mercado en el que MBDA es uno de los principales proveedores mundiales.
La Comisión concentró su investigación en los vínculos verticales suplementarios resultantes de la producción por parte de SNPE de sustancias químicas como la nitrocelulosa y el perclorato de amonio, utilizados en la fabricación de propergol para motores de misiles.
La conclusión del examen es que estas materias primas las comercializan también otras empresas y que la entidad resultante de la concentración no podrá limitar el acceso de sus rivales a estos productos. Además, el hecho de que Protac no compre directamente estas sustancias químicas ha llevado a la Comisión a considerar que la operación no tendrá ningún impacto sobre las compañías que las producen.
