BRAUNSCHWEIG (ALEMANIA), 22 Feb. (Reuters/EP) -
Un tribunal alemán ha condenado al ex presidente del comité de empresa de Volkswagen Klaus Volkert a dos años y nueve meses de prisión, en el marco del escándalo de corrupción que sacudió al primer fabricante de automóviles de Europa en 2006.
La juez Gerstin Dreyer ha declarado a Volkert, de 65 años de edad, culpable de aceptar sobornos y de abuso de confianza, al recibir pagos, viajes de placer y favores sexuales, para él mismo y para miembros del comité de empresa.
Volkert permanece en libertad, aunque pesa sobre él una petición de ingreso en prisión formulada en el Tribunal Federal de Justicia, el principal estamento judicial de Alemania para asuntos civiles y penales.
El escándalo por corrupción en Volkswagen saltó en el año 2006, tras descubrirse el desvío de fondos, los viajes de placer y los favores sexuales que recibieron miembros del comité de empresa en verano de 2005, a instancias de Volkert y del entonces responsable de Recursos Humanos del grupo, Peter Hartz, que fue condenado a dos años de cárcel.
En el juicio en el que Hartz fue condenado, el ex directivo de Volkswagen asumió la responsabilidad sobre los sobornos que había recibido Volkert. Sin embargo, la juez Dreyer ha considerado que fue el propio Volkert, y no Hartz, el responsable de poner en marcha los pagos que el recibía como máximo responsable del comité de empresa.
Además, la sentencia establece que Volkert y Hartz acordaron desviar fondos para la amante brasileña del ex presidente del comité de empresa, pese a quedar demostrado que la mujer no contribuyó en modo alguno al negocio de Volkswagen.
El tribunal también ha condenado a un año de cárcel, sin obligación de ingresar en prisión, al ex director de personal de Volkswagen y ayudante de Hartz, Klaus-Joachim Gebauer, por abuso de confianza.
Gebauer organizó numerosos eventos en los que miembros de los sindicatos de Volkswagen recibieron favores sexuales en clubes, pagados con fondos desviados de la compañía. No obstante, la juez aclara que Gebauer se limitó a cumplir las órdenes de Hartz.
