MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Manganese Bronze, la compañía que produce los típicos taxis londinenses, ha experimentado un impacto en su negocio a causa de la actual crisis y por "el significativo retroceso" de las ventas de vehículos y se ha visto obligada a suspender el pago de su dividendo para el presente ejercicio, según informa hoy el diario 'Financial Times'.
La compañía señaló que la actual restricción del acceso al crédito para los proveedores podría tener un efecto de mercado sobre el capital de trabajo de Manganese. Este anuncio de la firma británica se produce después de que registrara unas pérdidas antes de impuestos de 15,9 millones de euros en 2008.
Estas pérdidas brutas se han producido por cargas extraordinarias de 9,1 millones de euros. Asimismo, la empresa contabilizó unos costes excepcionales de 4,2 millones de euros derivados de la llamada a revisión de 1.500 taxis, después de que se produjeran incendios en el interior de algunas unidades el pasado mes de septiembre.
Al mismo tiempo, la empresa señaló que la caída de la demanda en Norteamérica y en Londres de su 'stock' de vehículos usados y los costes por indemnizaciones representaron un total de 4,3 millones de euros para Manganese Bronze en 2008.
La compañía ha asegurado que está en disposición de operar con las líneas de crédito que mantiene en la actualidad y recordó que ha reducido su plantilla en un 20%, como parte de su estrategia de disminución de costes.
Manganese Bronze vendió 2.124 vehículos durante el pasado ejercicio, lo que representa un retroceso del 14% y para el presente año la compañía estima que las entregas podrían situarse en niveles inferiores a 2008.
A raíz de los resultados experimentados en 2008, la corporación británica se ha visto obligada a suspender el pago de dividendo a sus accionistas correspondiente al año pasado, después de tener que renovar líneas de financiación que habían quedado en descubierto por importe de 2,8 millones de euros en relación con dos de sus propiedades.
El presidente de Manganese Bronze, John Russell, explicó que 2008 fue un año "difícil" para la producción de taxis en Reino Unido. Además, señaló que la actividad comercial se verá afectada de forma negativa por la caída del mercado automovilístico, aunque se mostró confiado en que a medio plazo la empresa "seguirá creciendo".
