Economía/OPA.- Almunia arremete en París contra el "patriotismo económico" porque devuelve Europa al siglo XVII

Actualizado: martes, 28 marzo 2006 22:04

PARIS, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, arremetió hoy contra el "patriotismo económico" durante una conferencia pronunciada en París bajo el título 'El mercado y la patria', en la que criticó las actitudes proteccionistas que, en su opinión, frenan el progreso y la productividad y devuelven a Europa a los principios del siglo XVII.

Almunia comenzó su intervención admitiendo que resulta "extraño" preguntarse acerca de "los vicios y virtudes del nacionalismo económico", cuando estamos a punto de celebrar los 50 años del Tratado de Roma, pero que la actualidad se impone porque, desde hace un año, en Francia, España, Italia, Polonia o Luxemburgo hay "olas de declaraciones sorprendentes" defendiendo, "en nombre de misteriosos intereses superiores de la nación", el derecho a la resistencia contra el invasor extranjero".

"Este regreso a los principios en boga en el siglo XVII difícilmente puede suponer un paso adelante", agregó Almunia, que dejó claro que el patriotismo en sí mismo no es "condenable" pero diferenció entre el patriota "escondido tras un muro" y el patriota "ambicioso" que busca construir y reforzar el potencial de su país.

A lo largo de su intervención defendió que el proteccionismo es "una vía muerta" y que un patriotismo económico reflexivo debería tener por objetivo, más bien al contrario, construir un mercado "eficaz y atractivo para la inversión extranjera". "Vivir a la sombra de una muralla proporciona una sensación de seguridad y favorece una pacífica ceguera. Y se manifiesta con acciones que van desde el derecho de aduana hasta decisiones más sofisticadas, como el cambio repentino del marco de control de las inversiones o los montajes financieros para unir a los operadores nacionales frente a un operador extranjero", prosiguió.

El comisario añadió que las políticas proteccionistas no funcionan, como se ha demostrado ampliamente, y puso como ejemplo que la renta per cápita era en 1960 más elevada en el África negra que en el sudeste asiático y 40 años después la estrategia proteccionista de la primera y la apertura comercial de de la segunda arroja una diferencia que habla por sí misma.

Su conclusión es que las políticas de protección "frenan el progreso, la productividad, no rentabilizan el capital, ralentizan el progreso tecnológico y ahogan progresivamente lo mismo que se quiere defender". Asimismo, resaltó que la noción de "campeón nacional", en velada alusión a la postura esgrimida por el Gobierno francés, "se vacía paulatinamente de sentido".

"Thomas Jefferson lo dijo ya hace 200 años: los que negocian no tienen patria. Están menos vinculados al lugar en que viven que al sitio en el que obtienen beneficios", recordó el responsable económico de la Comisión. "El campeón nacional no existe más que en la mirada del Gobierno que lo contempla", añadió, ilustrando esta frase también con otro político norteamericano, el antiguo secretario de Empleo de Bill Clinton, Robert Reich.

Reich explicaba en su día que, cuando un americano se gasta 20.000 dólares en un Pontiac de General Motors, 6.000 van a Corea del Sur; 3.500 a Japón; 1.500 a Alemania; 800 a Taiwan y Singapour; 500 al Reino Unido; 100 a Irlande y el resto, es decir, menos de 800 dólares a la sede de la empresa en Detroit. Es un coche americano, coreano, japonés, alemán... La pregunta no tiene ningún sentido", decía el norteamericano.

Según Almunia la situación no es distinta en el otro lado del Atlántico si se cambia General Motors por Renault. "¿Es de verdad una empresa francesa? La pregunta parece descabellada pero la respuesta es evidente cuando dos tercios de los accionistas son extranjeros. "¿Es suficiente tener una sede administrativa en Francia y un jefe nacionalizado francés para convertirse en un campeón nacional francés?", se preguntó.

En la misma línea, apuntó que los gobiernos europeos tienen que "dejar de mirar con ojos amorosos" a sus campeones nacionales y que este patriotismo unilateral les lleva a ser "ingenuos". "La responsabilidad de los dirigentes de una empresa es hacerla prosperar y aprovechar las oportunidades. Es su deber hacer abstracción de las fronteras y de los orígenes nacionales de la firma", sentenció Almunia. "Tenemos los medios para ser un gran actor económico y político y alcanzar a Estados Unidos. Sólo hace falta tener la voluntad de hacerlo. Aquí está el patriotismo ambicioso al que Europa debería mirar", concluyó.