MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
El portavoz adjunto de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en el Congreso, Carlos Martínez Gorriarán, considera que el "bluf" de la empresa Gowex es una nueva muestra de lo que su grupo define como "capitalismo de amiguetes", en el que las instituciones políticas y los gobiernos favorecen a sus "amistades" en lugar de a las empresas dirigidas con "talento".
Así se ha pronunciado Gorriarán en declaraciones realizadas en el Congreso antes de la reunión de la Junta de Portavoces, un momento que ha aprovechado para denunciar que, como ya ocurrió cuando quebraron las cajas de ahorro, los órganos reguladores, con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la cabeza, "no han hecho el trabajo que tiene que hacer".
En este sentido, ha lamentado que España, "a parte de gastarse un inmenso dineral" que ha "arruinado al país", no ha hecho "lo que habría que haber hecho" para impedir casos como el de la empresa de Jenaro García, expresidente de Gowex que ha reconocido que falseó las cuentas de su empresa.
"Con las cajas fracasaron los reguladores y ahora ha vuelto a fracasar la CNMV y el Mercado Alternativo Bursátil", ha subrayado, denunciando que, en vez de arreglar estas deficiencias, se continúe profundizando en el "capitalismo de amiguetes".
RAJOY LES PREMIÓ
Según Gorriarán, en nuestro país, "para hacer negocios, más que talento y buenas ideas lo que hace falta es tener amigos en las instituciones políticas y en los gobiernos". Eso, en su opinión, es evidente en el caso de la empresa que prestaba servicios de wifi y que había sido contratada por varias administraciones, entre otras, el Ayuntamiento de Madrid.
De hecho, ha recordado que hasta el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, semanas antes del "crack', premió a Gowex en el marco de un encuentro empresarial que tuvo lugar en Bilbao.
En este sentido, ha advertido de que España no saldrá "del agujero" hasta que no se arreglen estos "problemas de fondo" y no se apoye sólo a las empresas con las que los políticos tienen "buenas amistades" y que, al final, como ha ocurrido ahora, dejan al país "en el más absoluto de los ridículos".
