Publicado 22/03/2020 11:32

El coronavirus en África: Su fortaleza es la experiencia con el ébola y su debilidad el frágil sistema sanitario

Jaén.- Coronavirus.- Regresan los últimos tres investigadores del Proyecto Qubbet el-Hawa de la UJA en Egipto
Jaén.- Coronavirus.- Regresan los últimos tres investigadores del Proyecto Qubbet el-Hawa de la UJA en Egipto - UJA

   Egipto, Sudáfrica y Argelia, países más afectados, aunque la mayoría han aplicado ya medidas preventivas

   MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Muchos países del continente africano han entrado ya en las estadísticas de contagios del coronavirus con diferente intensidad y la mayoría ha puesto en marcha medidas para frenar esta pandemia que está dejando decenas de miles de muertos en todo el mundo. Sin embargo, la progresión de esta enfermedad en África puede ser diferente a la de Europa o Asia ya que, según ha explicado el sociólogo Albert Caramés, colaborador del proyecto Africaye,org. el continente tiene ventaja en esta lucha, en primer lugar porque es el último de los territorios contagiado y, segundo, porque ya ha pasado por una epidemia como la del ébola.

   En el otro lado de la balanza esta la fragilidad de los sistemas sanitarios en estos países y el incremento de la deuda si aumentan los recursos sanitarios.

   Caramés cree que Europa y Asia no han actuado de forma "ejemplar" en la gestión de esta pandemia y que, en muchos casos, sus medidas no se aplican "de forma efectiva". El análisis de esta situación, puede servir, a su juicio, a África, para adelantarse a lo que ahora está viviendo su entorno. De hecho, la mayoría de países ya han puesto algunos límites a sus habitantes.

   El más afectado es Egipto, con más de 200 contagios. Fue de los primeros en detectar casos de coronavirus dentro de su territorio e, igual que España, su primer caso fue el de un turista. No es el único parecido que el país del Nilo tiene con España en la lucha contra esta epidemia y es que, en un principio decidió no tomar medidas de contención. "No hay miedo", aseguró es pasado 13 de marzo en la televisión pública el ministro de Turismo y Antigüedades, Khaled el Anani, invitando a que la gente no dejara de visitar el país.

   Y es que otra de las similitudes que guardan ambos países es la importancia del turismo en sus economías. Y, mientras en España ya se contabilizan las pérdidas de celebraciones como Semana Santa, Fallas o la Feria de Abril, en Egipto esta crisis sanitaria coincide con su temporada alta, que va de noviembre a abril, y que es en la que reciben el mayor número de visitas a sus ciudades monumentales.

   Finalmente, Egipto ha suspendido esta semana todos los vuelos, hasta el 31 de marzo, lo que le supondrá unas pérdidas de más de 140 millones de dólares. Además, ya se han cerrado todas las escuelas, institutos y universidades.

LA MAYORÍA SIN TRÁFICO AÉREO Y SIN CLASES

   El segundo país con más casos es Sudáfrica, que también supera los dos centenares de contagios y mantiene retenido desde este jueves un crucero de bandera italiana con 1.700 pasajeros en uno de sus puertos, ante las sospechas de que alguno de ellos pueda sufrir la enfermedad.

   En el país más rico del continente se registró el primer caso el 5 de marzo y hace apenas unos días su presidente declaró el estado de desastre nacional. Esto implica la prohibición de que sus habitantes viajen a países afectados, de que vuelos procedentes de estos estados aterricen en el país, la suspensión de las clases y de los eventos del Gobierno. Además, se ha pedido a los sudafricanos que eviten el turismo interno.

   Argelia, por su parte, ronda ya el centenar de afectados. De momento su Gobierno ha cancelado, este miércoles los vuelos de la aerolínea nacional y ha cerrado sus fronteras terrestres, además se han prohibido las ceremonias de culto y se han cerrado los parques. Aún así, no se han tomado medidas específicas para su población, como sí está ocurriendo ya en Burkina Faso, que contabiliza una treintena de contagios y mantiene a niños y jóvenes en sus casas, sin clases en colegios y universidad, por ahora, hasta el 1 de abril.

   En cifras similares está Sengal, que también ha cancelado las clases y, por ahora, es el único país que ha confinado a su población. Mientras, Etiopía ha puesto en marcha medidas que pretenden, principalmente, "evitar aglomeraciones". Sus servicios sanitarios apenas han contabilizado media docena de casos. Sin embargo, la oficina del primer ministro, Abiy Ahmed, ha pedido, que se limite el aforo a las celebraciones religiosas y ha puesto a disposición del público los autobuses gubernamentales para intentar evitar que la red pública se sobrecargue de pasajeros.

   Otro país afectado por el Covid-19, con más de 50 casos, es Marruecos. El país vecino ha cerrado fronteras, ha cancelado vuelos, ha prohibido las reuniones de más de 50 personas, incluidos los ritos religiosos, y ha cerrado los locales de ocio, entre otras. En el resto de territorios, las cifras se mueven por debajo de la decena y, hay países como Mali, Mozambique, Zimbawe o Madagascar, a los que el coronavirus aún no ha llegado.

ACTUACIONES MÁS CONTUNDENTES QUE EN EUROPA

   Caramés cree que la respuesta que están dando algunos estados africanos por el momento está siendo "mucho más contundente" que en Europa. El sociólogo espera que el conocimiento del comportamiento de esta pandemia en otros territorios sea una buena herramienta preventiva para los ejecutivos africanos.

   Sin embargo, ya hay países que superan los 200 y los 100 casos y aún no han decidido confinar a la gente en sus casas como se está haciendo en otros continentes. Preguntado por cómo acogería la cultura africana una medida como está, Carmés señala que no ve "por qué no" y recuerda que la población africana ha sufrido el azote del Ébola, que en países como la República Democrática del Congo supuso unos 3.300 casos confirmados y 2.264 personas fallecidas. "De ahí se han sacado muchas lecciones, colaboración y coordinación para entender un reto global", ha señalado en declaraciones a Europa Press.

   A su juicio, el principal reto que se puede presentar por la extensión de la pandemia es "la debilidad del sistema sanitario público", tanto por "escasos recursos materiales como humanos". En este sentido, apunta que, según la OMS hay 23 trabajadores sanitarios por cada 10.000 personas para cubrir las necesidades de atención primaria. Esta debilidad, apunta el experto, se ve agravada por el hecho que un hipotético aumento de los presupuestos de sanidad vendrá hipotecado por la deuda africana. También habría que tener en cuenta "el difícil acceso a recursos de agua y saneamiento", ha añadido.

   Las carencias de algunos servicios en el África subsahariana también preocupa a Unicef. Según el organismo un 63% de la población de las zonas urbanas, unos 258 millones de personas, no tienen acceso a instalaciones para lavarse las manos; mientras que un 47% de los sudafricanos que viven en zonas urbanas, 18 millones de personas, carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos en su hogar.

LA OMS QUIERE QUE ÁFRICA SE PREPARE "PARA LO PEOR"

   "Esto es especialmente preocupante en los países con sistemas de salud ya frágiles antes de la llegada del virus", ha explicado la responsable de Programas de Unicef España, Blanca Carazo. "En esos lugares donde ya sufren carencias en las infraestructuras, equipamientos y personal médico, puede ocurrir que, ante otras enfermedades, la atención médica no esté disponible o que se interrumpan servicios esenciales como las vacunaciones", ha advertido.

   La ONG Alianza por la Solidaridad ha recordado la importancia de incrementar la ayuda humanitaria y al desarrollo en lugares donde los sistemas sanitarios son bastante débiles y deficientes y mucho más vulnerables a un eventual colapso por la crisis del Covid-19 como, según señala, ya se vio en crisis como las del ébola de hace unos años.

   Por su parte, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido a los países africanos que "despierten" ante la amenaza que supone esta pandemia y "se preparen para lo peor". "Si las cifras son reales, es mejor cortar de raíz", ha concluido.

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