Publicado 01/06/2019 11:32

El Servicio Jesuita a Refugiados asegura que en Colombia están naciendo niños venezolanos desnutridos

US senator visits Venezuelan migrants in Colombia
Braulio Jatar/dpa - Archivo

   MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

   El director del Servicio Jesuita a Refugiados para América Latina, el colombiano Mauricio García Durán, ha indicado que están preocupados porque "están naciendo niños venezolanos en Colombia en estado de desnutrición".

   Estos bebés son hijos de mujeres venezolanas refugiadas en Colombia que "no han podido alimentarse adecuadamente durante el embarazo", según explica García Durán en una entrevista con Europa Press, con motivo de su visita a la sede de Manos Unidas en Madrid. La ONG aprobó a finales del año pasado un proyecto para apoyar al SJR en la atención a la población migrante venezolana.

   "La situación de las mujeres es de vulnerabilidad en varios sentidos. Nos preocupa el estado de embarazo en que llegan muchas de ellas sin ningún cuidado prenatal y algunas con un embarazo de riesgo. Nosotros hemos favorecido una atención particular para ellas", ha precisado.

   En concreto, asegura que están "constatando que están naciendo niños venezolanos en Colombia en estado de desnutrición, lo que refleja que las madres no han podido alimentarse adecuadamente durante el embarazo".

   Esta situación se da porque muchas mujeres venezolanas están llegando a Colombia para tener a sus hijos, hasta el punto de que en el hospital público más importante de Cúcuta (ciudad colombiana que hace frontera con Venezuela), "el 70 por ciento de los partos son de madres venezolanas".

   Más allá de esta situación concreta que es "muestra de una situación muy grave", al sacerdote del SJR también le preocupan "los riesgos de abuso, explotación y trata de mujeres venezolanas que se han incrementado de manera considerable". También advierte de que se ha reclutado a niñas en grupos armados ilegales.

   Esta migración de hombres y mujeres de Venezuela es "la que más destaca en la actualidad". Más de 4 millones de personas han salido fuera de Venezuela y se han dirigido prácticamente a todos los países del continente, desde EEUU hasta Chile, según explica el sacerdote.

SITUACIÓN "CRÍTICA" EN NICARAGUA

   Si bien, precisa que hay otros flujos también "críticos" como el de Nicaragua. "Sin ser de la magnitud de Venezuela, tiene patrones semejantes, con una situación crítica del régimen democrático y la situación económica que está implicado la salida de muchos nicaragüenses sobre todo hacia Costa Rica", apunta.

   A estos hay que sumar los centroamericanos del triángulo norte --Honduras, Guatemala y El Salvador-- que siguen saliendo hacia México y EEUU, últimamente en caravanas; y la migración haitiana que "hoy está completamente olvidada".

   En cualquier caso, el flujo migratorio más grande en estos momentos es el procedente de Venezuela pues sus habitantes se ven "obligados a salir", según matiza el jesuita.

   "Las condiciones de falta de acceso a alimentos, a medicinas, una violencia disparada en el interior del país. Lo último son fallos en los servicios públicos, pudiendo pasar varios días sin luz, con problemas de acceso al agua. En sentido estricto es una migración forzada y son personas con necesidad de protección internacional", afirma.

   En cuanto al perfil del migrante, García Durán ha indicado que, a diferencia de la migración entre 2002 y 2012, cuando salían personas con estudios y recursos, ahora están recibiendo en las oficinas del SJR a personas "en una situación de vulnerabilidad muy grande, sin estudios, incluso analfabetos".

VENDER LA MOTO PARA PAGAR EL BUS A BOGOTÁ

   Además, salen sin apenas recursos. "Un muchacho me comentaba en Bogotá que había salido y había vendido todo, la moto, y escasamente le dio para ir en bus de Cúcuta a Bogotá y para comer algo", explica. Asimismo, puntualiza que mientras hace un tiempo se veían más jóvenes solos, ahora cada vez emigran más con toda la familia.

   Desde el SJR prestan un servicio que abarca desde la ayuda humanitaria integral a la integración. Así, les ofrecen desde lo más básico como kits de alimentos, de aseo, ropa y medicinas, hasta asesoría jurídica e información sobre los trámites que tienen que realizar.

   Además, el sacerdote apunta que cada vez es más habitual montarse en un autobús en Bogotá y que suba un venezolano o venezolana a pedir ayuda. Ante esta situación de necesidad, el SJR también ayuda a migrantes que muestran vocación de permanencia a poner en marcha pequeños negocios como un salón de belleza o una tienda para vender arepas.

POLÍTICAS MIGRATORIAS MENOS RESTRICTIVAS

   Hasta que se encuentre una salida a la crisis, el jesuita insta a los gobiernos a "ajustar las políticas migratorias para que no sean tan restrictivas y permitan que los migrantes venezolanos puedan tener una mayor estabilidad y puedan avanzar hacia procesos de integración en los países donde han llegado".

   "No se puede ver la migración como algo temporal, algunos venezolanos han llegado a nuestros países para quedarse, porque la situación de su país es de quiebra total. Los analistas coinciden en que la recuperación de Venezuela va a tomar entre 15 y 25 años. Es una tragedia que el mayor país con reservas de petróleo esté viviendo la situación que está viviendo", concluye.