Actualizado 17/12/2013 22:16

La ONU defiende la necesidad de planificación a largo plazo en Filipinas durante una visita a la zona devastada

GUIUAN (FILIPINAS), 19 Nov. (Reuters/EP) -

La secretaria general adjunta de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos, ha visitado este martes el corazón de la zona devastada por el tifón 'Yolanda' en Filipinas y ha destacado la necesidad de planificación a largo plazo, además de la ayuda de emergencia, para asegurar que los habitantes puedan recuperar sus vidas.

Amos ha recorrido la ciudad costera de Guiguan, en el este de Samar, donde el supertifón tocó tierra el 8 de noviembre arrasando con prácticamente todo a su paso. Una estadística oficial del Gobierno filipino estima que el coste de reconstrucción podría llegar a los 4.250 millones de euros.

"Hemos tenido personal aquí desde hace un par de días y espero que para mañana (miércoles) estemos llegando a las comunidades costeras donde (...) no hemos podido acceder aún con alimentos", ha declarado Amos a Reuters. "Queremos llegar urgentemente a ellos con comida", ha añadido.

"Pero además, tenemos que contactar a las personas con nuestros colegas que van a ayudarles a cultivar para que no sufran hambre el año próximo, para ayudar a asegurarnos que tengan redes para que puedan seguir con su pesca y, por supuesto, inmediatamente, tenemos que empezar a hacer la evaluación para poder saber cuál es el daño a largo plazo, y el costo, y cómo se recaudará el dinero" necesario, ha manifestado.

Las fuerzas armadas y agencias de asistencia están teniendo problemas para llevar ayuda a las zonas devastadas debido a la magnitud de la destrucción, que ha dejado a 4 millones de personas desplazadas y que pone en riesgo las reformas del presidente, Benigno Aquino, que han permitido transformar a Filipinas en una de las economías emergentes de más rápido crecimiento de Asia.

Las autoridades estiman que más de 3.900 personas murieron cuando el tifón tocó tierra. Las estimaciones sobre el número de fallecidos han variado mucho, y el gobernador de la provincia de Leyte dijo que más de 4.000 personas podrían haber perdido la vida sólo en la isla del mismo nombre.

Los esfuerzos de asistencia son clave para el futuro de Aquino, de 53 años, quien parece haber logrado capear una mala reacción inicial al desastre, cuando minimizó la magnitud de la crisis. Si bien la semana pasada su popularidad estaba bajo amenaza, ahora parecía más razonable con respecto al análisis de situación sobre la magnitud de los daños.

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