Actualizado 06/11/2007 19:36

El consumo de ansiolíticos y antidepresivos en las personas mayores aumenta el riesgo de caídas, según estudio

MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

El consumo de fármacos ansiolíticos y antidepresivos por parte de las personas mayores y el delirio que sufren previo a su ingreso en una residencia incide en el aumento del riesgo de caídas, según se desprende de los resultados de un estudio presentado hoy en el marco del XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) que se celebra estos días en Valladolid.

En el trabajo presentado se analizó a 203 mayores de 80 años de los que 68 habían sufrido alguna caída en los 9 meses de seguimiento, observando que de todos los factores analizados (edad, peso, uso de ayudas para deambular, diagnóstico de demencia, delirio en el mes previo, déficit visual y trastorno depresivo y consumo de antidepresivos), sólo el delirio y el uso de antidepresivos se relacionaron con la aparición de caídas.

Según destacó la coordinadora del grupo de Atención al Mayor de semFYC, Pilar Rigato, los ansiolíticos y sobre todo las benzodiacepinas, seguido de los antidepresivos, son los fármacos que más incrementan el riesgo de caída en los mayores.

En este sentido, el efecto sedativo que tienen estos medicamentos aumenta el riesgo de que los mayores sufran una caída cuando se levantan de la cama, aunque otros factores a tener en cuenta también son "los obstáculos físicos que existen en las calles y en las casas", explicó esta experta.

Los problemas auditivos y sensoriales y el uso de fármacos sedantes elevan significativamente este riesgo de caídas, por lo que su prevención debe ser una de las prioridades del médico de familia en el manejo del mayor, debido a las consecuencias que tiene tanto en términos de dependencia como de morbilidad y económicas, informa la semFYC en un comunicado.

Para ello, Regato destacó la conveniencia de revisar periódicamente y de forma sistemática todos los medicamentos que consume una persona mayor y conocer dónde viven para saber qué barreras hay dentro de la casa y qué ayudas se pueden poner en sus domicilios para evitar las caídas.

Normalmente, cuando el mayor acude a la consulta "ya ha pasado tiempo desde que sufrió la caída y no la cuentan". Por este motivo, es necesario que los profesionales lleven a cabo "una búsqueda activa" para que al realizar la valoración geriátrica integral se pregunte expresamente al paciente sobre estos problemas.

Además, las caídas son un predictor de morbilidad y de dependencia, ya que además derivan a otros problemas más graves como es la fractura de cadera y la institucionalización.