Actualizado 17/06/2010 12:35

Mara Dierssen, premio en investigación de síndrome de Down 'Jaime Blanco': "Estamos cerca de encontrar nuevos caminos"

Mara Dierssen, premio investigación síndrome Down VI edición 'Jaime Blanco'
MARA DIERSSEN

La doctora Mara Dierssen es la última ganadora de la VI edición del premio en investigación sobre síndrome de Down 'Jaime Blanco'. En esta entrevista detalla los principales objetivos de su trabajo y explica las complicaciones de hablar con las familias "ya que para ellas puede ser difícil calibrar la dimensión de una investigación cuyos frutos seguramente no alcanzarán a sus hijos".

.- Acaba de ganar el premio de investigación 'Jaime Blanco' de la Fundación Síndrome de Down de Madrid (FSDM) con su trabajo 'Bases moleculares de la neuropatología del síndrome de Down: Implicación de DYRK1A'. ¿Podría resumir en términos sencillos las principales líneas de investigación de este trabajo?

El objetivo del trabajo ha sido estudiar las bases genéticas de la discapacidad intelectual y su relación con la disfunción colinérgica en personas con síndrome de Down. Además, en este trabajo se aborda la identificación de genes candidatos para los diversos fenotipos del síndrome de Down como el llamado DYRK1A, un gen dosis-sensible con implicación en procesos de memoria, aprendizaje y neurodegenerativos.

.- ¿Qué es el DYRK1A y que papel juega en el síndrome de Down

DYRK1A codifica para una enzima llamada serin/treonin quinasa, que fosforila diferentes proteínas. El gen Dyrk1A desempeña una función relevante durante el desarrollo neuronal, tanto en procesos de proliferación como de diferenciación, con consecuencias posiblemente sobre procesos cognitivos y conductuales, pero también en procesos neurodegenerativos. Dyrk1A es uno de esos genes dosis-sensibles que de acuerdo con su patrón de expresión y con los sustratos de fosforilación identificados, podría participar en las alteraciones motoras y cognitivas y en el proceso neuropatológico tipo enfermedad de Alzheimer en personas con síndrome de Down a través de la afectación de la neuritogénesis y la neuroplasticidad.

.- ¿Esta investigación tiene ya alguna aplicación práctica y resultados concretos?

El trabajo puede tener una enorme trascendencia, ya que la investigación abre nuevas vías terapéuticas y mecanismos patogenéticos subyacentes a la discapacidad intelectual. En concreto hemos iniciado un estudio clínico piloto en personas con síndrome de Down basado en nuestros resultados.

.- ¿Qué trascendencia pueden tener los resultados alcanzados con este trabajo para el futuro terapéutico del síndrome de Down?. ¿Podemos hablar de nuevas expectativas para los padres?

En términos realistas resulta complicado hablar a las familias, ya que para ellas puede ser difícil calibrar la dimensión de una investigación cuyos frutos seguramente no alcanzarán a sus hijos. Sin duda, entre los genes importantes para explicar el retraso mental del síndrome de Down habrá otros genes clave. La identificación de estos genes representa tan sólo un primer paso en el desarrollo de tratamientos que puedan ser eficaces. Sin embargo, cada vez estamos más cerca de poder encontrar nuevos caminos "terapéuticos".

En mi opinión, tales vías no se deben descartar ni desmerecer aun cuando se encuentren todavía lejos de la inmediata aplicabilidad clínica. Pero no debemos olvidar que el conocimiento de los mecanismos por los que se producen las alteraciones puede aportar soluciones no farmacológicas que mejoren la calidad de vida de estas personas.

.- Usted es una de las principales autoridades mundiales en síndrome de Down ¿Cómo se inició su interés científico por el síndrome de Down?

Mi interés comenzó cuando trabajaba en el laboratorio del profesor Jesús Flórez, en la Universidad de Cantabria. Jesús es padre de una chica con síndrome de Down, y un científico apasionado por la investigación. En ese momento se produjo el primer modelo en ratón para este síndrome: el ratón con trisomía parcial del cromosoma 16, o Ts65Dn. Esa afortunada coincidencia, junto con mi interés por las ciencias comportamentales y la neuroquímica, me permitieron iniciar una línea de investigación en Santander a la que aún dedico la mayor parte de mi labor científica.

.- ¿Qué líneas de investigación con respecto al Síndrome de Down existentes actualmente, y que seguro que conoce, le parece que pueden tener una aplicación cercana en la mejora de la calidad de vida de las personas que lo presentan?

Debido a la falta de herramientas experimentales, y como también sucedía en diversas enfermedades neurológicas, durante mucho tiempo la investigación en síndrome de Down se limitó a los estudios clínicos y los neuroanatómicos postmortem, dadas las lógicas restricciones éticas de los estudios en humanos. En los últimos años se ha producido un excitante relanzamiento en la investigación básica en esta área.

En España, Europa y Estados Unidos se ha incrementado el número de grupos de investigación potentes, que están realizando una fantástica contribución no solamente al conocimiento básico sino con un gran énfasis en la proyección terapéutica. Aún así, los escasos medios económicos que se asignan a este tipo de discapacidades, que se consideran poco accesibles al tratamiento farmacológico, hace verdaderamente más difícil que grupos potentes se animen a adentrarse en este terreno. Esperemos que trabajos como el que proponemos y que están teniendo una traslación real sean un revulsivo en este sentido.

.- Desde el punto de vista de neurobióloga, las alteraciones cognitivas, o al menos parte de ellas, ¿pueden ser corregidas mediante una estimulación apropiada?

Si bien es cierto que la práctica de programas activos y bien construidos de atención temprana consigue recuperar funciones, mejorar sustancialmente la iniciación y el desarrollo de los procesos cognitivos, mejorar el lenguaje, etc., esta buena respuesta no es completa, y no existen las soluciones milagrosas que crean falsas expectativas y, desgraciadamente, cuestan dinero y un exagerado esfuerzo a las familias.

Es decir, la acción educativa firme, constante, inteligente, activa ese cerebro pese a las trabas que tiene, y le hace utilizar sus recursos de neuroplasticidad. Podemos mejorar --y mejoramos-- ciertas funciones más asequibles, pero es imposible conseguir el pleno restablecimiento de todas las áreas que en mayor o menor grado se ven afectadas por la trisomía.

Así pues, y desde el punto de vista de neurobióloga, yo creo que lo importante es estimular, pero sin dejar de lado la estimulación más importante: el cariño y la serenidad en el entorno familiar y evitar la sobreprotección de los chicos y chicas con síndrome de Down, porque finalmente la mejor estimulación es la plena integración, como uno más, en todas las actividades sociales.

.- ¿Cuál es su mayor reto como investigadora?

Queremos entender cómo el exceso de dosis de un pequeño número de proteínas codificadas por esos genes altera los procesos celulares y bioquímicos que subyacen y sostienen el desarrollo neuronal. Aún más, queremos conocer cómo esas alteraciones moleculares derivan en cambios a nivel de los circuitos cerebrales reduciendo la eficacia de los procesos cognitivo.