Actualizado 18/03/2010 13:40

La posibilidad de sufrir lesiones oculares al saltar el airbag es doble en los conductores con gafas, según un estudio

Daños oculares al saltar el airbag
Mapfre


MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

La posibilidad de sufrir lesiones oculares en un accidente de tráfico al saltar el airbag es el doble en el caso de los conductores que utilizan gafas de ver o de sol, ya que "algunos modelos pueden representar cierto peligro", según un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre 'Sobre las lesiones oculares y orbitarias en usuarios de gafas por estallido del airbag a baja velocidad'.

El informe demuestra que, cuando las gafas no se rompen actúan como un agente protector para los ojos, aunque ese efecto es un 15 por ciento inferior en el caso de las gafas con monturas al aire. Por su parte, las lentes de contacto semirrígidas muestran que pueden soportar una fuerza cinco veces mayor que las gafas convencionales sin partirse.

En este sentido, revela que, en un golpe a 20 kilómetros por hora, en el que no se activa el airbag, el cuello sufre una brusca flexión que provoca la desaparición de las gafas, pero en choques a 30 kilómetros por hora en los que sí hay estallido del airbag, con gafas de montura cerrada éstas permanecen en la cara y en la mayoría de los casos no se fracturan, con el consiguiente efecto protector.

Además, del estudio se desprende que el salto del airbag puede provocar lesiones "en algunos casos" por mantener una distancia inadecuada con el volante, ya que, según indica, el 26 por ciento de los conductores se sitúa a menos de 42,5 centímetros del centro del volante cuando "lo correcto", como media, son 45 centímetros de separación. No obstante, también demuestra que el airbag tiene un efecto positivo combinado con el cinturón de seguridad reduciendo el riesgo de muerte hasta en un 9,5 por ciento.

Así, la compañía recomienda no usar cristales minerales para conducir porque pueden astillarse; utilizar gafas con montura cerrada; solicitar asesoramiento sobre la solidez de la montura y la resistencia de los cristales; mantener una distancia adecuada respecto al volante, de 45 centímetros como media; y no acercarse más aunque se incorporen pasajeros detrás del conductor, ya que disminuye la seguridad.