Actualizado 20/12/2007 18:49

La Audiencia condena al acusado de matar y descuartizar a su pareja en Valencia a 18 años de prisión

VALENCIA, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado al hombre acusado de matar y, posteriormente, descuartizar a su pareja en su domicilio de Valencia en la noche del 31 de mayo al 1 de junio de 2005 a una pena de 18 años y medio de prisión. El acusado escondió durante dos meses los restos del cuerpo de la joven, de 27 años, en una habitación, que selló con cinta aislante para evitar que el olor trascendiera.

Según consta como probado en una sentencia hecha pública hoy, el acusado mantuvo el día de los hechos una fuerte discusión con la víctima, con quien mantenía una relación sentimental, durante la cual le golpeó en la cabeza y en el cuello, y la mató. Tras ello, el hombre, que esa tarde-noche había consumido sustancias estupefacientes y alcohol, arrastró el cuerpo de la joven, que era sordomuda, por el pasillo hasta un dormitorio de la vivienda.

La tarde siguiente, sobre las 19.00 horas, acudió a un supermercado cercano para comprar bayetas, bolsas de basura, guantes de látex y papel 'film' de cocina. Cuando regresó a su domicilio, cogió un cuchillo jamonero, un serrucho de mango de madera y una hoja de sierra para desmembrar el cadáver de la joven y envolver cada porción del cuerpo en plástico de cocina transparente. Asimismo, se deshizo del bolso y de la ropa de la víctima para ocultar cualquier relación con él.

Tras realizar diversas investigaciones, la policía centró sus sospechas en el acusado, por lo que se trasladó hasta su domicilio con el objetivo de registrarlo. En ese momento, el hombre reconoció que tenía hachís y cocaína, y que se encontraban allí los restos del cuerpo de la joven, que previamente había descuartizado.

En el registro, los agentes hallaron los restos de la víctima, el cuchillo jamonero, la sierra, guantes y demás utensilios, así como el ticket de compra de parte de los mismos. Además, ese mismo día y en otra inspección posterior, se incautaron de básculas de precisión para pesar la droga, y diversas cantidades de droga y dinero. En concreto, el valor de la cocaína intervenida ascendía a 595,42 euros; a 168.744,10 euros el hachís; y otros 19,60 euros el cannabis.

Por todo ello, la Audiencia condena al hombre a una pena de 12 años y medio de prisión por un delito de homicidio, con el atenuante de la drogadicción, y a indemnizar a la familia de la víctima con 180.303 euros, más los intereses legales correspondientes. Asimismo, cumplirá una pena de seis años más de prisión por un delito contra la salud pública, con el atenuante de confesión. Considera que el relato del hombre es "totalmente inverosímil, improcedente y falto de respeto a las normas de convivencias social y moral".

Para tomar esta decisión, la Audiencia se basa, en primer lugar, en las versiones contradictorias aportadas por el acusado, cuando, en una primera, tras ser detenido, reconoció que la noche de los hechos tuvo una discusión con la joven, que posiblemente la empujó y la golpeó en la cabeza contra la pared. Tras ello, según dijo en aquel momento, ésta se desplomó sobre la cama y "le salió un hilillo de sangre por la comisura de los labios".

Sin embargo, en una segunda declaración aseveró que ese día no se encontraba muy bien y negó los hechos relatados. Asimismo, en una tercera declaración judicial afirmó que no tuvo ninguna pelea con la joven, que "puede ser que se explicara mal o que lo entendieran mal" y que se inventó lo del hilillo de sangre.

La Audiencia también tiene en cuenta la prueba testifical, que corrobora la primera declaración del acusado. Así, los policías ratificaron el día del juicio que el hombre les relató que había tenido esa noche, la del fallecimiento, una bronca con la joven. Otra prueba es el relato del vecino del piso de abajo, quien aseguró que oyó golpes, un portazo muy fuerte y una situación violenta. Y la sala se fundamenta, asimismo, en la testifical de la ex novia del acusado, quien contó dos episodios violentos sufridos con él, en los que le llegó a encerrar.

Con ello, considera que la declaración en la que el hombre reconoce haber tenido una pelea con la joven "es la más probable de ser la verdadera"; que la conducta de convivir con el cadáver en casa e ir descuartizándolo "no obedece a un comportamiento compatible con una muerte accidental", al tiempo que estima "acreditado" su carácter "violento" y su capacidad de auto control.