Publicado 13/05/2018 11:52

Ponerse en "los zapatos" de una persona mayor o en la piel de un sordo

Museo de los Niños de Israel
EUROPA PRESS

TEL AVIV, 13 May. (EUROPA PRESS) -

   Ponerse en "los zapatos" de una persona mayor o en la piel de una persona ciega o sorda son algunas de las experiencias que menores y adultos pueden vivir en el Museo de los Niños de Israel, una institución educativa y cultural que, desde su apertura en el año 2001, ha recibido más de dos millones de visitantes.

   A través de estas actividades, y otras de cultura musical --como una muestra interactiva dedicada a los Beatles-- o un pasaje infantil donde la magia y el valor de la amistad son los protagonistas, el centro trata de mostrar a los pequeños valores propios de la inteligencia emocional, la educación para la tolerancia y la aceptación del otro.

   Mario, de 77 años, recibe a los visitantes en la sala de 'Diálogo con el tiempo' un proyecto con el que este museo busca crear un diálogo intergeneracional y cambiar las nociones preconcebidas sobre las personas mayores y el envejecimiento.

   Los niños se ponen en la piel de sus abuelos intentando abrir una puerta mientras experimentan el temblor que muchas personas mayores tienen en las manos; tratando de comprar unas entradas por teléfono con las pérdidas de audición asociadas a la edad o subiendo unas escaleras con unos zancos en los pies que permiten experimentar la pesadez que sienten los ancianos.

   Además, los guías, todos ellos de más de 70 años, conversan con los visitantes para hacerles reflexionar sobre la vejez. "¿A qué edad consideras que serás viejo? ¿Ser mayor es bueno o malo? ¿Tienes algo en común con los ancianos? ¿Te gustaría volver al pasado?", son algunas de las preguntas a las que tienen que responder.

   Asimismo, jóvenes y adultos se adentran en las historias de hombres y mujeres mayores que han afrontado la vejez de manera optimista o pesimista, y comparten sus experiencias de vida. De esta forma, según explica Mario, los más jóvenes entran en conversación con los mayores y "entienden que el diálogo es la forma de comunicarse, no el móvil".

   El Museo de los Niños también ofrece la posibilidad de experimentar el silencio. Golan es sordo y recibe a los visitantes únicamente con gestos. El visitante comprende la dificultad de expresarse sin palabras pero, al mismo tiempo, las infinitas posibilidades del lenguaje de signos y de la comunicación a través del cuerpo en movimiento.

   Esta exposición fue creada por Orna Cohen y Andreas Heinecke, este último también creador de otro de los proyectos expuestos en este museo, 'Diálogo en la oscuridad', que permite a niños y adultos ponerse en la piel de las personas ciegas.

   Durante la visita, guías ciegos conducen a los visitantes a través de espacios conocidos pero totalmente a oscuras: un espacio natural, un paso de peatones, un mercado o un pub. "Se abre los ojos de los visitantes en la oscuridad, demostrándoles que el mundo de las personas con ceguera no es más pobre sino simplemente diferente", explican desde el museo.

   La primera exhibición de esta muestra tuvo lugar en el año 1988 en Alemania y desde entonces, el concepto se ha extendido alrededor del mundo, hasta llegar a cuatro millones de personas en 150 ciudades de veinte países.

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