Actualizado 14/04/2015 14:02

Obispo nigeriano sobre Boko Haram: "La gente tiene esperanzas"

Niñas nigerianas secuestradas por Boko Haram
Foto: YOUTUBE

MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El obispo de la diócesis de Maidiguri (al noreste de Nigeria), Oliver Dashe Doeme, ha asegurado que, un año después del secuestro de 200 niñas y adolescentes de un colegio de la población de Chibok, "la gente tiene esperanzas" y que "están rezando para que todo lo que se ha dicho no sea verdad", en referencia a las informaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que indican que parte de la menores pueden estar muertas.

   Según ha asegurado el prelado, en una entrevista concedida a Europa Press "nadie puede saber" lo que ha ocurrido con niñas y ha indicado que "cuando alguien entra en el territorio de los terroristas nadie sabe qué ocurre desde ese momento". "Nadie puede saber si han sido asesinadas o no", ha concluido.

   "Pedimos para que estas chicas estén en algún lugar --ha asegurado durante su visita a Madrid para asistir al congreso 'Todos somos nazarenos', que se celebra este fin de semana-- Nuestras fuerzas de seguridad están tomando territorios y el ejército de Boko Haram se está debilitando cada vez más. Tenemos esperanzas de que algún día lleguen hasta la zona donde están las rehenes. Esa es nuestra oración y nuestra esperanza".

   Además, ha apuntado que los terroristas han sido expulsados gracias al levantamiento de la población civil musulmana que les ha echado "no solo de Maidiguri sino de todas las ciudades de la zona en las que estaba". Aún así, ha subrayado que, pese a no estar presentes en los núcleos urbanos, "eso no les aparta de seguir asesinando gente".

   "Vienen de los bosques y atacan comunidades. Se están volviendo fuertes allí porque tienen mucho apoyo, patrocinios, desde dentro y fuera del país --ha explicado-- atacan a la gente en los caminos, les paran, les roban y les matan. Ha habido mucha destrucción. Han destrozado nuestras iglesias y propiedades, estructuras, nuestros conventos".

   Sobre las víctimas, ha subrayado que más de 500 personas de la población cristiana han sido asesinadas, más de 200 mujeres han quedado viudas porque Boko Haram ha matado a sus maridos y miles de personas han sido desplazadas, algunos a Camerún o a otras ciudades de Nigeria. "Han huido de nuestra diócesis, donde Boko Haram no pueda llegar a atacarles. Pero agradecemos a Dios que el resto seguimos. La fe de las personas es muy fuerte".

   Según ha indicado el obispo, "vivir como cristiano allí no es fácil" porque su diócesis "ha sido el epicentro de Boko Haram" hasta que han sido expulsados a los bosques. "Es un milagro que pueda estar yo aquí hoy --ha afirmado-- lo increíble es que ningún sacerdote ha sido tocado y tampoco el obispo. Podemos seguir haciendo nuestro trabajo, pese a que ha habido mucha destrucción".

   A su juicio, es una muestra de que "la fe de las personas es muy fuerte", aunque ha destacado que la destrucción de los templos puede debilitarlo, y ha pedido ayuda económica para volver a levantarlos. "Si las iglesias que han sido derruidas son reconstruidas, eso les fortalecerá. Pero para eso tenemos que recaudar fondos, es un área en la que necesitamos ayuda", ha admitido.

   Oliver Dashe Doeme ha reconocido también que la tentación de "sentirse abandonados" del resto del mundo está siempre presente, y que "ha rogado mucho" para lograr la asistencia de otros países en la zona y por una intervención de fuerzas militares extranjeras para ayudar al ejército de Nigeria a "aplastar" a Boko Haram.

   "Esto no estaba sucediendo, incluso entre los países africanos, nadie quería mandar soldados, pero gracias a Dios, en los últimos tiempos los países vecinos están enviando tropas a Nigeria, y esto está ayudando enormemente a frenar a Boko Haram --ha asegurado-- También las Naciones Unidas están ayudando, especialmente para atender a las víctimas, nuestros desplazados y refugiados, especialmente en Camerún".

   Solamente en ese país se refugian cerca de 74.000 personas procedentes de Nigeria, según los datos que ACNUR publicó el pasado mes de marzo. El obispo ha agradecido a la órgano de la ONU porque "les está dando refugio, alimento y agua". "Están respondiendo, pero necesitamos una respuesta más pronunciada por parte de Occidente", ha subrayado.

   En este sentido, ha hecho un llamamiento a los países de Occidente y del resto del mundo a tomar conciencia de que "esta guerra no es solo suya" (de los nigerianos) y de que "el terrorismo no es solamente para el noreste de Nigeria" sino "para todo el mundo".

   Además de pedir ayuda militar, ha incidido en la necesidad de conseguir financiación para reconstruir las estructuras a través de las que la Iglesia Católica atiende a la población, para "rehabilitar a las familias" y para conseguir seguridad con al que protegerse de los ataques del grupo terrorista.

CONTRA EL TERRORISMO, EDUCACIÓN

   Para el obispo, el primer punto en el que trabaja la Iglesia en la zona para combatir el terrorismo de Boko Haram (que significa "la educación occidental es pecado") es a través de la educación. De hecho, ha asegurado que "es la mejor solución contra el terrorismo".

   "¿Por qué los miembros de Boko Haram se convierten en terroristas? No han sido educados, no tienen estudios, y por eso han podido ser engañados para que maten y para que crean que la educación occidental es maligna, y que hay que matar a todas las personas que han recibido educación occidental".

   Por ello, el prelado nigeriano ha subrayado la necesidad de lograr ayuda financiera real para combatir la "ignorancia" que hace posible el terrorismo para fortalecer la educación en el país, no solamente para la población cristiana sino también para la de religión musulmana.

   "Nosotros no seleccionamos --ha asegurado-- admitimos a todos, musulmanes y cristianos. Todos pueden recibir educación por parte de la Iglesia católica. Ese es un área importantísima en la que se puede ayudar".

   Por último, al ser preguntado por los inmigrantes de origen nigeriano que viajan de forma regular hasta España para tratar de mejorar sus condiciones de vida, el obispo ha subrayado la importancia de que "en cualquier lugar en el que uno se encuentre, las personas tienen que ser bienvenidas" y en la idea de que "todos son seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, hijos suyos, y pertenecientes a una única familia de Dios".

   Sin embargo, pese a que ha hecho un llamamiento a la sociedad y la población española para que acoja de forma digna a las personas que acuden a España en estas condiciones, ha puesto el acento sobre que el respeto a la dignidad humana tiene que empezar "en casa, en Nigeria".

   "Somos el país más poblado de África, estamos hablando de más de 170 millones de personas, y tenemos recursos para cuidar a todos los nigerianos. ¿Por qué tenemos que irnos fuera? ¡Tenemos los recursos! Nigeria es el séptimo país del mundo en producción petrolífera, y tenemos muchísimos minerales además del petróleo, pero nuestro problema principal es la corrupción", ha lamentado.

   Según ha asegurado, si se gestionasen bien los recursos disponibles, Nigeria "podría cuidar de su población, incluso si fuera de 500 millones de personas". "Seríamos un país como España, o como otros, y la gente vendría a Nigeria a buscar ayuda", ha indicado.

   Por ello, ha hecho un llamamiento a los líderes nigerianos, porque "algunos no lo están haciendo bien" y "el 1% de la población descansa sobre millones y miles de millones", aunque ha valorado positivamente la decisión del presidente del Gobierno Nigeriano de obligar a que los políticos declaren sus bienes e ingresos públicamente antes de acceder a un cargo. "Va a haber cambios positivos en Nigeria y eso hará que la gente no tenga que irse del país y que podamos cuidar de nosotros mismos", ha vaticinado.

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