Actualizado 02/03/2010 19:20

Todos los médicos corroboran en juicio que al bebé presuntamente maltratado por sus padres le agredió un adulto

BARCELONA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los diez médicos que testificaron hoy en el juicio contra el matrimonio dominicano que presuntamente maltrató a su hija de tres meses, coincidieron en que las lesiones del bebé --en costillas, piernas y cráneo-- las tuvo que llevar a cabo "una persona adulta" y no podían ser fruto de una enfermedad genética, tal y como sostiene la defensa.

El fiscal pide para los padres penas de 18 años por tres delitos de lesiones y uno de malos tratos y una indemnización de 7.338 euros por las lesiones y 2.469 euros por secuelas.

En el juicio, celebrado en la Ciudad de la Justicia de l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), la madre defendió su inocencia --al igual que su esposo-- y explicó que vivían con su hermana, su tío, otro de sus hijos, de tres años, y con sus sobrina, de 18 meses.

Las alarmas saltaron cuando la menor fue ingresada en el Hospital de Sant Pau (Barcelona) después que una pediatra de un centro médico al que acudió la madre tuvo "sospechas de malos tratos". El bebé tenía el fémur fracturado cosa que la médico "no había visto jamás" en una persona de tan corta edad y lesiones cutáneas en la cara así como una contusión en la frente y en el mentón. Por eso alertó a los Mossos d'Esquadra, que tras interrogar a la madre abrieron diligencias.

El informe médico de la menor mostró, en las radiografías, que tenía fracturas anteriores en siete costillas y en el cráneo, además de en las extremidades inferiores.

Según la Fiscalía, la niña, que nació en julio de 2007, fue agredida en tres ocasiones por sus padres hasta el 11 de septiembre de 2007, fecha que la madre la llevó al médico y fue separada de sus progenitores.

No obstante, la madre dijo hoy, sin poner fecha, que un día se encontró a su hijo y su sobrina jugando dentro de la cuna del bebé.

Los médicos, no obstante, coincidieron en que las fracturas, especialmente la del fémur y la de una de las costillas --que se encontraba en la parte posterior, cercana a la columna-- son fracturas que "difícilmente" podría haber provocado un menor. "Son propias de un accidente de tráfico, de un impacto muy fuerte contra el suelo", explicó una perito médico de la Vall d'Hebrón.

Los facultativos que declararon hoy pertenecen a centros hospitalarios catalanes como el Hospital de Sant Pau, el Hospital Sant Joan de Deu, el Hospital de la Vall d'Hebron y del Instituto Genómico de Valencia.

En un principio a la menor se le hicieron pruebas por si la causa de las fracturas era una enfermedad que debilita los huesos -- osteogénesis imperfecta --. Las pruebas, que son fiables en un 99% de los casos, dieron negativo.

La madre adjuntó datos médicos que aseguran que ella padece una enfermedad genética-- trombocitemia esencial --, que podría haberle transmitido y que provoca un elevado número de plaquetas y, como consecuencia hemorragias que pueden calcificar. La defensa sostuvo que tales calcificaciones podrían ser confundidas con las lesiones anteriores en los huesos.

Por su parte, las defensas de los padres, que pidieron la absolución, recordaron que la menor había sido visitada por médicos hasta en siete ocasiones, "muestra de que no escondían nada, sino que se preocupaban". En estas exploraciones no se encontraron síntomas de violencia.

Los médicos explicaron que en caso de un menor no es necesario que aparezca un hematoma o algo visible para que haya fractura, "por ejemplo, si en vez de un golpe la fractura se ha hecho por presión", aclararon.

La defensa expuso que el padre había salido de España y sin embargo había vuelto a Barcelona para declarar, y que los informes redactados en la vista sobre su otro hijo eran los de "un niño querido por sus padres sin signo alguno de violencia".

La juez, en avanzado estado de embarazo, deberá dirimir si las lesiones son violentas y, de ser así, quién se las provocó. La DGAIA también se personó como acusación particular.