Actualizado 12/04/2010 16:42

Los 15 halcones que viven en Barcelona cazan 5.500 aves al año

BARCELONA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los 15 ejemplares de halcón peregrino que viven en el área metropolitana de Barcelona, reintroducidos a partir de 1999 tras un cuarto de siglo desde su desaparición en la ciudad, cazan al año alrededor de 5.500 aves --palomas, gaviotas y cotorras, entre otras--, lo que pone de relieve que es una medida insuficiente por sí sola para controlar la población de palomas, cifrada en más de 256.000 ejemplares en el último censo.

En declaraciones a Europa Press, el coordinador del proyecto de reintroducción de esta especie emblemática en la ciudad, Eduard Duran, explicó que a las cinco parejas censadas que viven actualmente en el área metropolitana --tres en Barcelona, otra en Sant Adrià del Besòs y una quinta en L'Hospitalet de Llobregat-- hay que sumar cinco ejemplares de población flotante.

Los halcones --'Falco peregrinus'-- se alimentan mediante la caza de un pájaro de media al día, al que capturan gracias al dominio de los cielos que le aporta su visión --Duran precisó que se cree que alcanzan a ver la curvatura de la tierra-- y su inigualable velocidad --400 kilómetros por hora en caída en picado y 300 en caída oblicua--.

En cualquier caso, los halcones no son suficientes por sí mismos para controlar la plaga de palomas, gaviotas y cotorras, cuyas poblaciones aumentan en la capital catalana cada año gracias a la abundancia de alimento y buena climatología. Por ello, Duran desliga la reintroducción de esta especie del control sobre el resto de aves, ya que su principal papel es "disuasorio" solo en las zonas concretas donde anidan.

El halcón peregrino fue reintroducido en Barcelona después de que la última pareja conocida fuera abatida en 1973 en la Iglesia de Santa Maria del Pi, y el programa impulsado por el Ayuntamiento de la ciudad y la empresa Thalassia ha permitido la puesta en libertad de 47 ejemplares desde 1999.

TRES NUEVAS CRÍAS

El Ayuntamiento calcula que a partir de estas liberaciones han nacido más de 50 crías --la pareja que vive en una torre de la Sagrada Família puso este fin de semana tres nuevos huevos--, si bien algunos ejemplares no consiguen salir adelante y otros optan por abandonar el área metropolitana para instalarse en ambientes más rurales.

El halcón es un animal altamente territorial que vive en parejas y que incuba a las nuevas crías con la llegada de la primavera. Tras semanas de alimentación, los ejemplares más jóvenes abandonan el nido para fundar nuevos hogares, que difícilmente se ubicarán en el mismo espacio territorial que ocupen otras parejas.

De este modo, en Barcelona vive una pareja estable en los acantilados de Montjuïc, en la Sagrada Família y en la Torre Macosa del Poblenou, a la que hay que sumar una que lo hace en la central térmica de Sant Adrià --la primera que crió desde los años 70-- y una última que se ha instalado en la Torre Realia de L'Hospitalet --formada por una hembra liberada allí y un macho nacido en Barcelona--.

Duran explicó que la presencia del halcón hace inviable que otras especies aniden en su entorno, pero no que desaparezcan del todo --en el caso de la Sagrada Família la presencia de abundante comida, agua, y una arquitectura favorable para esconderse son atractivos que compensan la presencia de esta rapaz--.

Además, existe la dificultad añadida de que cada pareja precisa de un lugar de nidificación tranquilo y muy elevado, que guarde distancia suficiente con otras parejas, condiciones difíciles de cumplir en la ciudad.