PALMA DE MALLORCA, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los municipios de Calvià y Banyalbufar han elevado la lista a 28 municipios antitaurinos en Mallorca y piden al Parlament la abolición de la tauromaquia en Baleares, según han informado desde Mallorca Sense Sang, asociación que ha informado que ha reunido un total de 140.000 firmas pidiendo el fin de esta práctica.
Desde esta asociación, han explicado que en el pleno celebrado ayer en Calvià, Esquerra Oberta de Calvià presentó la moción antitaurina a instancias de Mallorca Sense Sang y quedó aprobada con los votos a favor de PSOE y EO-MÉS, a pesar de los votos en contra de PP y Ciudadanos.
Asimismo, miembros de la campaña Mallorca Sense Sang estuvieron presentes en el pleno y entregaron unos reconocimientos al PSOE y a Esquerra oberta de Calvià por presentar y aprobar la moción en defensa de los animales.
El portavoz de la campaña Mallorca Sense Sang, Guillermo Amengual, ha señalado que con Calvià ya son 28 los municipios declarados antitaurinos en Mallorca, "una cifra histórica que en breves semanas se hará más grande".
Por otra parte, en el pleno celebrado este pasado lunes el consistorio de Banyalbufar se ha declarado municipio antitaurino tras presentar Assamblea per Banyalbufar i Es Port la moción antitaurina a instancias de Mallorca Sense Sang. La moción se aprobó por unanimidad al votar a favor los tres regidores del PI y los tres regidores de Assamblea per Banyalbufar i Es Port.
"Seguimos avanzando con paso firme hacia la abolición de la tauromaquia en Baleares. Más de la mitad de Mallorca ya se ha declarado antitaurina y cada día son más los apoyos hacia la campaña Mallorca Sense Sang", ha señalado Amengual.
El portavoz de Mallorca Sense Sang también ha indicado que "la tauromaquia en Baleares vive sus últimos días y solo estamos a la espera de darle la puntilla en el Parlament y desterrar así la tortura y muerte por diversión en la isla".
Por otra parte, Guillermo Amengual ha lamentado las declaraciones del portavoz socialista en Fornalutx, Andreu Barceló, que defendía la celebración del 'correbou' y amenazaba con posibles dimisiones si se abolía dicha celebración.
