Actualizado 22/11/2010 13:58

Unos 100 millones de personas en el mundo viven bajo el umbral de la pobreza para costear su acceso a la sanidad


MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

Alrededor de 150 millones de personas en el mundo sufren "catástrofes financieras graves" al año y 100 millones se ven "obligadas a vivir por debajo del umbral de la pobreza" para costear su acceso a la sanidad. Así lo denuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su último informe sobre la salud en el mundo y el camino a la cobertura universal.

Según este documento, publicado este lunes, en algunos países hasta el 11 por ciento de la población sufre este tipo de dificultad financiera grave cada año, motivada por la necesidad de costear su acceso a la sanidad, y hasta el 5 por ciento se ve "arrastrado a la pobreza" por esta causa.

Sin embargo, los ingresos "no son el único factor que influye en la cobertura de los servicios" ya que, en muchos casos, "los extranjeros, las minorías étnicas y los indígenas utilizan menos los servicios que otros grupos, a pesar de que sus necesidades puedan ser mayores".

"Eliminar esta diferencia de cobertura entre ricos y pobres en 49 países de ingresos bajos salvaría la vida de más de 700.000 mujeres desde este momento hasta el año 2015", destaca el documento.

Asimismo, "si se superara esta diferencia de cobertura en los diversos servicios para niños menores de cinco años, en concreto, la vacunación sistemática, salvaría más de 16 millones de vidas".

En muchos países, la enfermedad viene acompañada por la pérdida de ingresos para el paciente. "Sólo entre el 5 y el 10 por ciento de las personas están cubiertas en el África subsahariana y en Asia meridional, mientras que en los países de ingresos medios los índices de cobertura varían entre el 20 y el 60 por ciento", aseguran.

Para la OMS, uno de los obstáculos para lograr esta cobertura universal es "el uso ineficiente y no equitativo de los recursos". Según este informe, "se malgasta entre el 20 y el 40 por ciento de los recursos destinados a la salud".

"Reducir este despilfarro mejoraría en gran medida la capacidad de los sistemas sanitarios para prestar servicios de calidad y mejorar la salud", apuntan.

En este sentido, destacan los "pasos agigantados" conseguidos para mejorar la cobertura sanitaria en países como Brasil, Chile, China, México, Ruanda y Tailandia. Ponen como ejemplos a Gabón, que ha introducido formas innovadoras de recaudación de fondos para la salud, incluyendo una tasa sobre el uso de los teléfonos móviles.

Entre los países desarrollados, destacan los esfuerzos de Alemania, que ha reconocido que el envejecimiento de su población se ha traducido en una disminución de la proporción de personas que obtienen remuneraciones y salarios dentro del total de la población y se han inyectado al sistema "fondos provenientes de los ingresos generales".

La OMS dice que, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los 49 países considerados de ingresos bajos tendrán que gastar "una media de 43 euros (60 dólares) per capita para el año 2015, bastante más que los 23 euros (32 dólares) que invierten actualmente".

Consideran que todos los países tienen "la posibilidad de recaudar más dinero para la salud a nivel nacional y proponen para ello medidas como luchar contra el "grave problema" de la evasión de impuestos y la "recaudación ineficiente".

Asimismo, apuestan por aumentar la asignación presupuestaria a la sanidad. "Si los 49 países de ingresos bajos aumentaran la asignación de la salud del gasto público total al 15 por ciento podrían recaudar unos 10.000 millones de euros (15.000 millones de dólares) más al año para la salud procedentes de fuentes nacionales", destaca el informe.

Respaldan también "los métodos de financiación innovadores", como el aumento de los impuestos sobre los billetes aéreos, las transacciones de divisas y el tabaco, lo que podría ser útil para recaudar (7.200 millones de euros) 10.000 millones de dólares más al año para la salud mundial.

"Un aumento del 50 por ciento en los impuestos al consumo del tabaco generaría 1.035 millones de euros (1.420 millones de dólares) de fondos adicionales en 22 países de ingresos bajos de los que hay datos disponibles", dicen.

Si todo esto se destinara a la salud, permitiría que el gasto público en sanidad aumentase "más del 25 por ciento en varios países y, como máximo, un 50 por ciento", añaden.

El incremento de los impuestos sobre el alcohol al 40 por ciento en el precio del minorista tendría "incluso un impacto mayor". "El cálculo para 12 países de ingresos bajos de los que hay datos disponibles muestra que los niveles de consumo caerían más de un 10 por ciento, mientras que la recaudación de los impuestos superaría su triplicación hasta alcanzar un nivel del 38 por ciento del gasto sanitario total en dichos países", apuntan.

"Muchos países pueden permitirse aumentar los impuestos sobre el tabaco y el alcohol. Incluso si se asignara a la salud sólo una parte de la recaudación, el acceso a los servicios mejoraría sustancialmente", anotan.

"Algunos países también están considerando aplicarlos impuestos sobre otros productos perjudiciales, como las bebidas azucaradas y las comidas con alto contenido de sal o ácidos grasos trans", aseveran.