Actualizado 04/02/2013 16:32

La acusada de infanticidio en Segovia abandonó al bebé "en shock y con la intención de que alguien lo encontrara"

La defensa, que admite delito de homicidio, alega trastorno mental transitorio, miedo insuperable y estado de necesidad


SEGOVIA, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

La mujer polaca acusada de delito de asesinato tras dejar presuntamente a su hijo recién nacido en un monte de Chatún (Segovia), donde el bebé fue hallado muerto, ha manifestado durante la vista oral iniciada este lunes en la Audiencia Provincial que cuando abandonó al pequeño se encontraba en estado de "shock" y que su intención no era que éste falleciera sino que alguien lo encontrara y lo recogiera al amanecer.

Los hechos tuvieron lugar el 30 de octubre de 2011, cuando la acusada, Magdalena K. C, de 28 años entonces, dio a luz sola en Mudrián y dejó después abandonado al bebé al pie de un árbol en un paraje de la vecina localidad de Chatún, envuelto todo él con una camiseta de algodón y un chaleco de lana.

La mujer, que ha necesitado una intérprete durante su declaración, ha explicado que nadie en España, incluso su entonces pareja sentimental, conocía su embarazo, que había ocultado "por miedo a perder su trabajo" que le era necesario para mantener a sus tres hijas, residentes en Polonia.

Según ha dicho, cuando durante una fiesta de cumpleaños notó contracciones, el pánico se apoderó de ella y se dirigió en coche en un acto "impulsivo" al paraje conocido como 'Las Zorreras' deMudrián, para dar a luz en solitario, alrededor de las 22.00 horas. Antes de salir se aprovisionó de unas tijeras y prendas de ropa.

Aunque ha asegurado que perdió la noción del tiempo, ha indicado que tras producirse el alumbramiento introdujo en el vehículo al bebé, que había nacido vivo según pudo constatar por sus llantos, con la intención de dejarlo en alguna casa o en manos de alguien con quien topara en su camino.

Sin embargo, al encontrarse sangrando y mareada, optó por dejarlo en un bosque de Chatún, donde pensó que algún buscador de setas lo podría encontrar al amanecer, si bien todo se desarrolló cuando ella permanecía "en shock, muy trastornada y sin saber lo que hacía".

Magdalena K.C. ha apuntado que tras abandonarlo su deseo era volver para recogerlo y que no pidió ayuda por el obstáculo que le suponía comunicarse en castellano. Al día siguiente, a pesar de sentirse todavía mal, la acusada fue a trabajar hacia las 17.00 horas.

La joven había llegado desde su país natal a España para trabajar, primero en Zaragoza y después en la empresa Viveros La Segoviana de Mudrián. En este municipio vivía en una casa junto a otros trabajadores polacos, con uno de los cuales comenzó una relación sentimental.

CÁNCER DE ÚTERO

A todos ellos ocultó su estado de gestación. Al llegar a España permanecía embarazada de cuatro meses, aunque el escaso abultamiento de su vientre le permitió simular que se encontraba enferma por un cáncer de útero que además, según ha declarado, le impedía tener hijos.

La joven ha expresado que no quería que su novio conociera su estado para evitar que quisiera protegerla ante su jefa. Su intención, ha dicho, era poder dar a luz a su regreso a Polonia, una semana después de los hechos, y dar al bebé en adopción; sin embargo, el alumbramiento se adelantó al octavo mes.

Al ser hallados los restos del neonato, confesó lo ocurrido a su pareja y le pidió que avisara a su jefa, quien por deseo de la mujer polaca alertó a la Guardia Civil. Según ha señalado, no pudo aguantar psicológicamente la situación y sentía curiosidad por la situación del pequeño.

TRATAMIENTO PSICOLÓGICO

La acusada, en prisión desde el pasado año, ha manifestado que en su país había recibido tratamiento psicológico tras sufrir maltratos por parte de su exmarido a raíz de empeorar la situación económica de ambos.

Tras decidir separarse de él por no poder soportar la situación, ella asumió el cuidado de sus tres hijas, de las que su expareja se desentendió. Poco después fue despedida de su trabajo por las reiteradas ausencias en su puesto por enfermedad de sus pequeñas y fue entonces cuando decidió venir a España para ganar dinero, dejando a las niñas al cuidado de sus padres y su exmarido, que "no apoyaron" su decisión.

Aquí, llegó embarazada de un amigo con el que mantenía relaciones esporádicas, una declaración que contrasta con su relato inicial, en el que aseguró haberse quedado en estado de su expareja, con el que también mantenía encuentros ocasionales.

La joven será juzgada por un jurado popular, compuesto por siete hombres y dos mujeres. La vista oral se prevé retomar esta tarde con el relato de los testigos. La Fiscalía pide para ella una pena de 18 años de cárcel y una indemnización a su exmarido de 150.000 euros por perjuicios morales. El Misterio Fiscal considera a la acusada culpable de asesinato, pues ocultó su embarazo de forma "premeditada" y con la intención de "deshacerse del bebé".

Según ha indicado la fiscal encargada del caso, quien ha recordado que la muerte de un niño es siempre alevosa, la joven se aseguró de dar a luz en solitario y abandonó al pequeño en un lugar diferente de donde se produjo el nacimiento "sin calor ni alimento ni posibilidad de sobrevivir". Para la fiscal, justificar el crimen supone justificar la eliminación de una persona por el mero hecho de suponer una molestia. Además, considera que la puesta en libertad de la joven podría dar lugar a que pudiera repetir los hechos.

Por su parte, el abogado de la acusada, quien ha reconocido que el suceso fue "terrible" y admite de forma subsidiaria delito de homicidio, ha solicitado al jurado que intente conocer a la persona y entender los motivos que le llevaron a cometer tales hechos. En su defensa alega trastorno mental transitorio, miedo insuperable y estado de necesidad.