Actualizado 01/08/2010 14:15

La bravura de los toros ha aumentado en los últimos años, según expertos

Faenas Toros
EP

'El Juli', Victorino Martín, Fernando Domecq analizan el aumento de cogidas en las plazas registrado en los últimos años


MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los ganaderos Victorino Martín (hijo) y Fernando Domecq, el presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), Carlos Núñez, y el torero Julián López Escobar 'El Juli' coinciden en que la bravura de los toros de lidia es actualmente mayor que en los últimos años, pero matizan que la destreza de los toreros influye más para explicar el número de cogidas que se produce cada año --en la Plaza de Toros de las Ventas se han producido al menos una quincena de cogidas, embestidas o volteretas, en los últimos cinco años--.

"Las cogidas dependen sobre todo de la destreza que tengan los toreros, y por supuesto, de la bravura de los toros", apostilla Victorino Martín (hijo) en declaraciones a Europa Press. Julián López Escobar 'El Juli' apunta en esta dirección al afirmar que "las cogidas son una cuestión de mala suerte: los toreros arriesgan más que antes y el toro es aún más exigente".

La bravura es un concepto que según se desprende de la 'Tesis cultural de la bravura', del sociólogo Jorge Ramón Sarasa Juanto, presentada en el VIII Congreso Mundial de Toros de Lidia celebrado en Aguascalientes (México), ha variado a lo largo de los siglos, desde la concepción de que el toro embiste y huye, del XVIII y XIX, hasta lo que el público considera primordial actualmente, "las acometidas constantes, unida al ansia de prender los vuelos del capote y la muleta".

Según Núñez, "bravura es un término muy amplio, más concreto sería hablar de entrega, por un lado, que sería el fondo de la bravura, el querer coger el engaño de verdad hasta el final, y la forma de la bravura, con casta, encastada, mostrando fiereza y transmisión, o bien con clase, con cadencia y ritmo". En el presente se entiende como "la capacidad de lucha del toro hasta la muerte, con la condición de que lo haga con entrega; consiste en embestir constantemente hasta el final, sin mostrar síntomas de fatiga".

Según se desprende de los datos de la tesis, para el 92 por ciento de los ganaderos encuestados la bravura es el resultado de la acción del hombre, pero Victorino Martín no está del todo de acuerdo, ya que, en su opinión, "el hombre ha depurado la capacidad de bravura del toro, pero sin que el toro la tenga no se puede trabajar".

En cuanto a la evolución de la bravura de los toros, sobre todo en los últimos años, Fernando Domecq afirma que se ha notado "la evolución a un mayor índice de bravura y regularidad en el comportamiento del toro con respecto al inicio de la ganadería", y señala que en el 90 por ciento de los casos "los toros se quedan más tiempo bajo el peto del caballo y aguantan más al capote". En la misma línea se ha mostrado 'El Juli', para quien "es evidente que en los últimos siete ú ocho años ha evolucionado y que el toro es más bravo".

Sin embargo, Domecq también indica que con el paso del tiempo se ha perdido parte del comportamiento del toro manso, que se movía más. "Ahora los toros son más bravos en el caballo, se emplean más en el tercio de varas, pero llegan más cansados a la faena de muleta, que es donde se cortan las orejas", señala. Por ello, indica que lo difícil es mantener el equilibrio "entre mansedumbre y bravura".

BRAVURA Y NOBLEZA

Cada ganadería tiene su idiosincrasia y sus reses se diferencian en casta y bravura; por ejemplo, Domecq, asegura que sus reses "tienen una mayor entrega, más galope y una mayor longitud en las embestidas", y añade que su nobleza se demuestra "cuando es obediente y acude al quite", mostrando su mansedumbre, por el contrario, cuando el toro "busca salir del ruedo".

Por otra parte, Martín asegura que los toros de su ganadería, que pertenecen a una de las ramas más importantes (Saltillo, de origen Vistahermosa), embisten con lentitud, "al paso y al trote", lo que obliga al torero tener más temple porque estos toros "son más difíciles de torear".

"Bravura y nobleza van unidas, cuanto más bravo sea el toro más capacidad de triunfo transmite", concluye.

"EL PELIGRO Y EL RIESGO SON LA ESENCIA DE LA FIESTA"

El presidente de la UCTL afirma que "la sensación de peligro, el riesgo, son la esencia inicial de la fiesta, el que el público sienta que sólo unos pocos son capaces de echarle la muleta con la izquierda a la cara de un toro", además de que "el riesgo esta siempre presente, muy presente, aunque el público parezca no percibirlo a veces".

Asimismo, Martín afirma que el público "no es morboso y quiere autenticidad"; y añade que el toreo es un rito tiene que ser real y es antiquísimo, porque "ya en Knosos (Creta) se hacían auténticas corridas de toros y el animal embestía".

'El Juli' afirma que el toreo ha evolucionado porque "ahora es más lento, es más cercano y hay más espectáculo". Por su parte, Victorino Martín concluye definiendo lo que son los toros: "el torero se enfrenta a la muerte jugando con ella, esa es la metáfora del toreo".

(EUROPA PRESS)