MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Ecologistas en Acción aseguró este viernes, 'Día sin Compras y por un Consumo Responsable', que "la tercera parte de los consumidores adultos europeos tiene problemas de descontrol en la compra o en el gasto y la mitad de los jóvenes europeos (un 46 por ciento) presentan una preocupante tendencia consumista y de adicción a la compra", y señaló que el 28 por ciento "afirma que le gusta entrar en los grandes almacenes aunque no tenga nada que comprar".
La organización ecologista mantiene que "a pesar del nivel de producción y consumo alcanzados, ésta es la cultura que ha demostrado más signos de hastío e infelicidad", porque el consumo "se percibe como una medida del cumplimiento de nuestros proyectos vitales".
"Creemos que para tener éxito social es imprescindible tener un trabajo con el que acceder a un alto nivel de consumo, aunque ese trabajo no nos satisfaga y nos ofrezca como solución una semana de 'vacaciones a lo grande'", apunta la ONG, para quien el Día sin Compras es "algo parecido a un día de huelga del consumidor", un boicot "contra la sociedad de consumo en general".
A través de un comunicado, Ecologistas en Acción explicó que se encuentra desarrollando junto a una "amplia red de grupos y colectivos sociales" españoles, una "apuesta activa por otro modelo de consumo", que evite "la optimización de los beneficios empresariales a costa de las injusticias sociales, la polarización de la riqueza, la dependencia al consumismo y la destrucción de los recursos naturales".
La organización incide en que "si el modelo de consumo de los países del Norte se extendiera a la población mundial, serían necesarios tres planetas para atender tal demanda", además de que "cada dos segundos se tala un área de bosque natural equivalente a un campo de fútbol", además de que "la generación de basura ha pasado en treinta años de menos de medio kilo por persona y día a casi 1,5 kilos actuales".
La asociación medioambiental asegura que "a través del impacto producido por el creciente uso de materiales de importación, del impacto en el cambio climático de nuestro modelo energético y de los impactos ambientales" en el exterior de empresas controladas desde España, se adquiere una "deuda ecológica con los países del Sur" y pone en riesgo "el desarrollo de una vida digna y justa en la mayor parte de los países del planeta".
