Actualizado 19/08/2010 10:19

EEUU apoya una investigación internacional sobre los supuestos crímenes de guerra cometidos en Birmania


WASHINGTON, 19 Ago. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Estados Unidos ha decidido apoyar la formación de una comisión internacional para investigar los supuestos crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos por la Junta militar que gobierna Birmania, ha anunciado este miércoles un alto cargo de la Administración estadounidense.

La decisión se produce meses después de las infructuosas gestiones diplomáticas realizadas por la Administración del presidente Barack Obama, en las cuales Estados Unidos había ofrecido un mayor acercamiento a la Junta birmana cambio de avances democráticos.

"Estados Unidos apoya el establecimiento de una comisión internacional de investigación para esclarecer los supuestos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Birmania", señaló el funcionario. "Vamos a consultar con una amplia gama de partes interesadas y actores clave para determinar cuál es la mejor manera de alcanzar tal fin".

El pasado mes de marzo, el relator especial sobre de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Tomas Ojea Quintana, instó a la formación de la comisión, diciendo que la Junta militar que rige esta aislada nación del sudeste asiático seguía un patrón de flagrantes y sistemáticas violaciones de las libertades fundamentales de sus ciudadanos.

Ojea aseguró que entre dichas violaciones estaban los arrestos masivos de disidentes, muertes, torturas a presos y trabajos forzosos. Todos ellos suponen crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra bajo el derecho internacional.

La Junta militar ha visto crecer las críticas recientemente, después de convocar elecciones para el próximo 7 de noviembre las primeras elecciones parlamentarias en dos décadas, unos comicios que, según diferentes países y ONG occidentales, no serán justas ni limpias.

La ahora difunta Liga Nacional para la Democracia, liderada por la premio Nobel de la paz Aung San Suu Kyi, dijo el pasado mes de marzo que boicotearía las elecciones porque no iban a ser justas dado el encarcelamiento al que estaban sometidos muchos de sus miembros.

El año pasado Washington ofreció a Birmania un nuevo inicio en las relaciones de ambos países. Sin embargo, los diplomáticos estadounidenses quedaron decepcionados por la negativa de la Junta a ceder en los principales puntos de fricción relacionados con la apertura democrática así como por las crecientes preocupaciones sobre las ambiciones nucleares de los gobernantes birmanos.

Birmania ha ignorado los llamamientos de Estados Unidos y de la ONU a abrir un proceso de diálogo con los partidos opositores y con los grupos étnicos minoritarios antes de las elecciones. Además, la Junta se ha negado a liberar a los cerca de 2.100 prisioneros políticos, entre ellos Suu Kyi, que mantiene recluidos en sus cárceles.

Estados Unidos ya ha impuesto sanciones económicas contra Birmania, y algunos miembros del Gobierno han apostado por endurecerlas si sus gobernantes siguen negándose a realizar cambios democráticos. Además, Washington sospecha que la Junta birmana podría estar tratando de adquirir tecnología nuclear de Corea del Norte.

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