Actualizado 10/07/2007 20:14

Un estudio dirigido por un español aporta claves para predecir la contaminación y su relación con el cambio climático


MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

La mayoría de los compuestos orgánicos presentes en partículas en el aire tanto en zonas urbanas como rurales de todo el mundo son secundarios y no primarios, según un estudio que se publica en la revista 'Geophysical Research Letters' y que ha dirigido el español José Luís Jiménez, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) junto a Qi Zhang, de la Universidad de Nueva York. El trabajo aporta nuevas claves para el diseño de los modelos que intentan predecir la contaminación atmosférica y su interrelación con el cambio climático.

Los compuestos primarios se emiten directamente como partículas, por ejemplo en el escape de un camión, mientras que los secundarios se emiten como gases, como el benceno que también sale del tubo de escape o se evapora al llenar el deposito de gasolina, y sólo forman partículas varias horas o días más tarde debido a reacciones químicas en la atmósfera.

Los modelos actuales utilizados para predecir la contaminación atmosférica en ciudades, así como el cambio climático, consideran las partículas primarias mucho más importantes que las secundarias. Los resultados del trabajo muestran que esta representación es errónea y debe cambiarse. Estos errores dificultan el diseño de estrategias para reducir la contaminación urbana y regional, y para mitigar el cambio climático.

Según explicó a Europa Press José Luís Jiménez, "se necesita dirigir la investigación en este campo más hacia los procesos que forman partículas secundarias, que no se entienden bien. Al entenderse mejor estos procesos, se podrán mejorar los modelos, reducir la contaminación de forma más efectiva y con menor coste económico, y se podrán entender mejor los efectos de estas partículas en el cambio climático".

La investigación, dirigida por Qi Zhang, de la Universidad de Nueva York en la actualidad y José Luís Jiménez del Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad de Colorado en Boulder e investigador del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Medioambientales (CIRES, según sus siglas en inglés), comenzó en el año 2004. Debido a la gran cantidad de datos recogidos y la colaboración con un gran número de grupos los investigadores han tardado tres años en completarlo.

El equipo de Zhang y Jiménez comparó concentraciones de aerosoles directamente emitidos, o aerosoles primarios, con los formados químicamente, o aerosoles secundarios. Evaluaron áreas urbanas, áreas cercanas a éstas y áreas rurales de 37 localizaciones en 11 países. "Lo que observamos es que las concentraciones de aerosoles orgánicos secundarios decrecen poco cerca de las áreas urbanas", explica Jiménez, "eso nos dice que tiene que existir una fuente amplia o de formación continua de polución".

Los científicos creen que esta fuente continuada de polución de partículas son los Componentes Orgánicos Volátiles (COV). Jiménez considera que los COV emitidos en las áreas urbanas y regionales pasan inmediatamente por una transformación química que les lleva a unirse a partículas y a aumentar tal polución. "Creemos que los gases reaccionan durante varios días a medida que son arrastrados por el viento hacia regiones más rurales, produciendo más neblina orgánica".

Los gases reactivos son un grupo diverso de componentes químicos que incluyen los COV, el ozono de superficie, componentes del nitrógeno y dióxido de azufre. Todos ellos juegan un importante papel en la química de la atmósfera y su interconexión con el clima.

Los COV son liberados por los tubos de escape de coches y camiones, la evaporación de la gasolina que se produce en las gasolineras al repostar y algunos procesos industriales pero también se producen de forma natural por la vegetación.

El laboratorio de Jiménez trabaja ahora para comprender mejor la importancia relativa de las fuentes humanas y naturales de los COV en la producción de la polución de aerosoles orgánicos secundarios.

Según Jiménez, la cuestión es si es posible mejorar la calidad del aire si las intervenciones se dirigen de forma directa a las emisiones de COV y no sólo a las emisiones de partículas. "Hasta que entendamos la distribución entre las emisiones de COV causadas por el ser humano, y sus distintas procedencias, y las emisiones de origen natural no tendremos la respuesta a tal cuestión".

El trabajo es una colaboración con 14 grupos de investigadores de Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Japón, México, Alemania, Finlandia, y China. Aunque el único español implicado en la investigación ha sido Jiménez, el mismo investigador señala que esperan colaborar en el futuro en una expansión de este estudio con el grupo de Xavier Querol del Instituto de Ciencias de la Tierra del CSIC en Barcelona, en sus estaciones de medida en Barcelona y Montseny.