Actualizado 07/08/2007 19:34

La FAO advierte de que el cambio climático podría reducir la producción de alimentos en los países en desarrollo

ROMA, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

El director general de la Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, advirtió hoy de que el cambio climático puede mermar la producción de alimentos en los países en vías de desarrollo, haciendo más acuciante la amenaza del hambre, mientras que los países industrializados pueden ganar en potencial de producción.

"El potencial de rendimiento de los cultivos podría aumentar en latitudes altas en caso de incremento de la temperatura media mundial de entre 1 y 3 grados centígrados, para luego disminuir si el aumento es mayor", señaló Diouf durante su intervención en la Fundación Swaminathan en Chennai (India).

"Por el contrario, en latitudes más bajas, en especial en el trópico seco, el potencial de rendimiento puede disminuir incluso con ligeros aumentos de temperatura media, lo que incrementará la amenaza del hambre", advirtió, explicando que una mayor frecuencia de sequías e inundaciones afectará negativamente a la producción local, en especial a los agricultores de subsistencia de las latitudes bajas.

"La agricultura de secano en zonas marginales de regiones semiáridas y subhúmedas se encuentra amenazada en su mayor parte", indicó, previniendo de que "India podría perder 125 millones de toneladas de cereales de secano, un 18% de su producción total".

Según explicó el director de la FAO, el impacto del cambio climático en los bosques ya se ha hecho evidente en el incremento de incendios forestales y de plagas y enfermedades, pero además un gran número de ecosistemas deberá adaptarse al cambio climático, incluyendo los agro-ecosistemas (cultivos, ganado y pastos), los bosques y las zonas forestales, las aguas interiores y los ecosistemas costeros y marinos.

APROVECHAR LOS AVANCES CIENTIFICOS.

En este sentido, consideró que la ciencia y la tecnología deberán orientar la producción agrícola durante los próximos 30 años a un ritmo más rápido de lo que se hizo en las tres últimas décadas, con el fin de "mejorar el rendimiento agrícola, aumentar el uso eficiente de recursos, reducir los riesgos y mejorar la calidad nutricional".

Asimismo, advirtió de que la mayoría de los cultivos genéticamente modificados actuales se han desarrollado para tolerar bien los herbicidas y ser resistentes a las plagas y no para tener resistencia frente a la sequía, las temperaturas extremas, la acidez del suelo o la salinidad.

"Nunca insistiré lo suficiente sobre la necesidad de atender también las necesidades de los agricultores sin recursos en las áreas de secano y las tierras marginales", señaló Diouf. "Asegurar que las nuevas biotecnologías nos ayudan a alcanzar este objetivo, siendo plenamente conscientes de los problemas de bioseguridad, socioeconómicos y éticos asociados a su uso, continúa siendo un desafío para toda la comunidad científica", agregó.