Actualizado 23/06/2009 16:20

La mayoría de los países tienen regulaciones "ineficientes" para frenar el colapso de las pesquerías, según el CSIC

MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

La mayoría de los países tienen regulaciones "ineficientes" que no se ajustan a los estándares internacionales para frenar el colapso de las pesquerías, según advirtió hoy el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Esta es una de las principales conclusiones del primer análisis mundial para determinar cómo las políticas de los países costeros influyen en la sostenibilidad de sus recursos.

Otros de los datos que se desprenden de este estudio es que el siete por ciento de los países costeros desarrolla una evaluación científica rigurosa para regular su pesca y que el 98,6 por ciento de las naciones pesqueras no han desarrollado procesos transparentes y participativos para convertir los consejos científicos sobre pesquerías en políticas activas.

Por ello, los autores de la investigación, que fue publicada en el último número de la revista PLoS Biology y recoge las evaluaciones de 1.200 expertos pesqueros, concluyen que "ningún país está completamente libre de los efectos negativos que provoca la sobrepesca". Así, el autor principal del estudio, el investigador Camilo Mora de la Universidad Dalhouise (Canadá), destaca que "el dato más chocante del estudio es que ningún país es lo suficientemente bueno en todos los atributos del manejo pesquero por lo que establecer qué países están mejor o peor depende del parámetro específico que se analice".

28% DE LAS PESQUERIAS, COLAPSADAS

Por otro lado, considera que el uso de las pesquerías mundiales "ha sido excesivo" y ha derivado en el colapso o la disminución de muchas especies. Actualmente, el 28 por ciento de las pesquerías mundiales está en situación de colapso o de sobreexplotación y el 52 por ciento está al máximo de su capacidad de explotación, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Por este motivo, se han puesto en marcha iniciativas para que los países mejoren la forma en que explotan sus recursos marinos, como por ejemplo el Código de Conducta para Pesquerías Responsables de la FAO y la Convención de la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas. "Aunque la mayoría de los gobiernos ha aprobado estas iniciativas, no existía hasta el momento un cálculo global sobre cómo se implementan estos ideales en la práctica", aclara el científico.

Asimismo, el estudio señala que los países desarrollados cuentan con mejores capacidades científicas y mejor disposición para aplicar políticas, pero insiste en que estas naciones se enfrentan a los efectos negativos derivados de subsidios excesivos y una mayor capacidad pesquera, provocada por la modernización de sus flotas.

Por el contrario, los países en desarrollo carecen mayoritariamente de ciencia o capacidad para aplicar políticas sobre pesca y, aunque pescan menos, venden derechos de pesca de forma desproporcionada a países con mayores recursos. Según el estudio, en el 33 por ciento de los países en desarrollo (fundamentalmente en África y Oceanía) la mayor parte de la actividad pesquera está liderada por países de la Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, China o Taiwán.

En este sentido, tanto las naciones ricas como las pobres coinciden en "su escasa habilidad" para convertir las recomendaciones científicas en políticas efectivas, de acuerdo con el análisis. Las diferencias radican en las razones de este comportamiento, pues mientras los países en desarrollo se enfrentan a la corrupción de sus regímenes políticos, los países desarrollados encuentran habitualmente más presión económica y política.

"Si el proceso de conversión es influenciado por la corrupción o las presiones políticas, es improbable que el asesoramiento científico de lugar a regulaciones adecuadas. De igual modo, el autoritarismo reduce las posibilidades", señala la investigadora del CSIC Marta Coll, del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC),en Barcelona que ha colaborado en el estudio.