Actualizado 07/01/2010 10:24

Las ONG alertan de una posible nueva guerra en Sudán

Sudán refugiados darfur
Caroline Irby @ Save The Children

MADRID, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -

Varias organizaciones internacionales han advertido en un informe de que la violencia, pobreza y tensión política pueden desencadenar otra guerra en el Sur de Sudán a menos que se produzca una acción internacional urgente para salvar el Acuerdo de Paz Integral de 2005. Esta advertencia llega en un momento crucial para Sudán por las primeras elecciones multipartidistas de los últimos 24 años previstas en 2010 y un referéndum para principios de 2011 sobre la independencia de Sur de Sudán.

El informe 'Rescatar la paz en el Sur de Sudán' fue difundido este martes por diez organizaciones internacionales-- entre las que destacan Oxfam International, Save the Children Sudán, Socorro Católico/Caritas Francia o World Vision--, antes del quinto aniversario del acuerdo de paz firmado el 9 de enero de 2005 por el Gobierno sudanés y el Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM), que ahora está, a su juicio, "al borde del colapso".

"Aún no es tarde para evitar que se produzca un desastre, pero los próximos doce meses son críticos para el país más vasto de África. El año pasado se registró un considerable aumento de la violencia en Sur de Sudán. Ésta puede aumentar aún más, hasta convertirse en una de las mayores emergencias humanitarias de África en 2010", indicó el responsable de Incidencia Política de Acción Humanitaria de Intermón Oxfam, Francisco Yermo.

En 2009, unas 2.500 personas murieron de forma violenta y 350.000 huyeron de sus hogares, un saldo mayor que el que se registró en Darfur el año pasado. En opinión de las organizaciones, el resto del planeta ha pasado por alto todo este sufrimiento.

Las comunidades entrevistadas revelan que, con una frecuencia cada vez mayor, las mujeres y los niños son blanco de ataques en aldeas y que ni el Gobierno de Sur de Sudán ni los miembros de las fuerzas internacionales de paz han podido protegerlos.

En este contexto, podría generarse violencia de nuevo si el país no está adecuadamente preparado para los retos que se presentan, según dice el informe. Entre esos retos destacan las primeras elecciones multipartidistas de los últimos 24 años, que se celebrarán en abril de 2010, y el referéndum de enero de 2011 en el que los habitantes del sur del país decidirán si desean seguir unidos al norte o si prefieren la secesión y la independencia.

INSEGURIDAD Y POBREZA

Para evitar un escenario de violencia, las diez organizaciones instan al Consejo de Seguridad de la ONU a que haga de la protección de los civiles la prioridad de la Misión de Naciones Unidas en Sudán (UNMIS). Igualmente, piden a la comunidad internacional que ayude a mediar entre los partidos del norte y del sur antes de las elecciones y del referéndum con el fin de reducir la posibilidad de que se produzca un conflicto, así como que apoye al Gobierno de Sur de Sudán para ofrecer seguridad a la población.

Por otro lado, el informe alerta de que "la creciente frustración en torno a la falta de desarrollo en el Sur de Sudán está haciendo peligrar las oportunidades de consolidar la paz". En este sentido, menciona que menos de la mitad de la población tiene acceso a agua potable, que la tasa de mortalidad materna se encuentra entre la más altas del mundo, que la falta de vías asfaltadas imposibilita a veces el envío de ayuda humanitaria a grandes áreas, que aproximadamente el 80 por ciento de los adultos es analfabeto y que uno de cada siete niños muere antes de cumplir cinco años.

Francisco Roque, director de Save the Children en Sur de Sudán, lamentó que "tras cinco años de paz, Sur de Sudán sigue siendo una de las regiones más pobres sobre la faz de la Tierra". "La gente tenía la esperanza de que la paz trajera consigo beneficios y desarrollo económico, pero los cambios se han venido dando de modo demasiado lento. Incluso, hay zonas donde no ha cambiado nada", detalló Roque, que exhortó a los donantes internacionales y al Gobierno a "mejorar la ayuda en estas zonas con carácter de urgencia".

Las organizaciones aseguran en el documento conjunto que una vuelta al conflicto tendría "consecuencias devastadoras, que se extenderían mucho más allá de los límites de Sur de Sudán". Así, señalan que la crisis en esta región se agudiza en un momento en que la situación en Darfur, en el oeste del país, sigue siendo una de las principales emergencias humanitarias del mundo, y subrayan que no puede haber una paz duradera en Darfur si se permite que fracase la paz entre el Norte y el Sur.

La guerra civil entre el Norte y el Sur de Sudán provocó la muerte de dos millones de personas y expulsó de sus hogares a alrededor de cuatro millones de personas que en su mayoría se refugiaron en países vecinos. La guerra desestabilizó toda la región al generar conflictos en toda África central y oriental.

UN NUEVO COMPROMISO

El director internacional de Christian Aid, Paul Valentin, recalcó que "lo que se necesita es un compromiso diplomático permanente de la comunidad internacional, incluidos los vecinos de Sudán"; como el que hace años "ayudó a lograr lo que muchos veían imposible y a garantizar los acuerdos de paz".

"Ahora se necesita nuevamente el compromiso que garantice que todos los esfuerzos no hayan sido en vano. La vuelta del conflicto no es inevitable, más bien depende de si el mundo presta atención a las señales de advertencia que han tenido lugar durante 2009 y dispone de la voluntad política para salvaguardar la paz", agregó.

Las diez organizaciones que suscriben el informe son Christian Aid, Cordaid, Handicap International, ICCO, Comité Internacional de Rescate, Oxfam International, Save the Children Sudán, Socorro Católico/Caritas Francia, TearFund y World Vision.

PROBLEMAS DE CARA A ELECCIONES

De cara a las elecciones de abril se presentan algunos problemas y ya han surgido quejas por fraude, irregularidades y obstáculos a la participación de partidos de la oposición. Además, en Darfur, donde aún no hay acuerdo de paz y los líderes rebeldes han dicho a los electores que no voten, los comicios se prevén complicados.

Los partidos opositores han acusado al Partido del Congreso Nacional (NCP, por sus siglas en inglés), del presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir, de engañar e intimidar a los votantes, de coger sus resguardos de inscripción y falsificar documentos de identidad.

Además, creen que los requisitos para presentarse como candidato, que incluyen el de no tener antecedentes penales, impedirá presentarse a muchos políticos opositores que han estado en la cárcel por cargos infundados cuya imputación ha sido promovida por el Gobierno.

En el sur, el NCP ha acusado al SPLM, antiguo grupo rebelde, de intentar falsificar votos, ya que en cinco de los diez estados del sur se han registrado más del cien por cien de las personas con derecho a voto. El SPLM ha afirmado que el censo --en el que se basa la cifra estimada de votantes-- tenía errores y que ambas partes aún tienen que ponerse de acuerdo sobre cómo solucionar la cuestión del rechazo del censo por parte de este partido.

Por otra parte, a los partidos de la oposición les preocupa que el control del partido de Al Bashir sobre la Policía, los servicios de inteligencia y el Ejército, así como sobre la televisión y la radio estatal, pueda influir en el voto de los ciudadanos.

La Policía disolvió violentamente dos manifestaciones pacíficas de la oposición el mes pasado y ha negado la autorización para celebrar varios mítines y debates políticos. Pero la violencia también podría surgir después de las elecciones: algunos temen que la población, que quiere un cambio hacia la democracia, reaccione airadamente si gana el NCP, y otros creen que el partido gobernante no aceptaría una derrota, lo que también podría generar enfrentamientos.