Actualizado 09/06/2010 13:36

Los abogados del Gobierno de Reino Unido advierten a los jueces del Supremo de que no retrasen las deportaciones a Irak


LONDRES, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los abogados del Gobierno de Reino Unido han advertido a los jueces del Tribunal Supremo de ese país de que los problemas legales de última hora no deberían permitir "la interrupción ni el retraso" de las deportaciones a la capital iraquí, Bagdad, que se esperan comiencen mañana.

Una carta del Departamento del Abogado del Tesoro pide a los jueces del Tribunal Supremo que faciliten el vuelo especial ya previsto negándose a examinar las solicitudes judiciales de revisión de cada caso realizadas por los detenidos que esperan la deportación.

En un documento con fecha 2 de junio, Andrea McMachon, de dicho departamento, indica: "Debido a las complejidades, las prácticas y los costes implicados a la hora de preparar vuelos chárteres, es esencial que estas deportaciones no se vean interrumpidas ni retrasadas por el elevado número de peticiones de última hora que solicitan una revisión judicial".

La revelación de los "preparativos especiales" que rodean este vuelo a Bagdad provocaron grandes preocupaciones por parte de los expertos legales en inmigración, que afirmaron que los abogados del Gobierno están diciendo a los jueces cómo hacer su trabajo, informa 'The Guardian'.

La carta del departamento señala que para "asegurar la viabilidad de esta última operación a Irak", puede que no se apliquen las normas usuales --en virtud de las cuales una revisión judicial da lugar al aplazamiento de la deportación-- y así la deportación seguirá adelante.

McMahon señala a los jueces que aquellos que se enfrentan a una deportación se les ha comunicado que sólo una reclamación a gran escala bloqueará su deportación, pero añade que la Agencia de Fronteras británica no cree que pueda haber una buena razón para que se produzcan estas solicitudes para llevar a cabo una revisión judicial.

Aunque es la primera vez que se conocen las operaciones detalladas de los "dispositivos especiales" que rodean estos vuelos, el ministro de Inmigración, Damian Green, señaló que son un procedimiento normal y que ya han sido utilizados en 16 vuelos anteriores al norte de Irak.

AHORRAR DINERO DE LOS CONTRIBUYENTES

"Las personas y sus abogados suelen utilizar de forma rutinaria las revisiones judiciales como un intento de última hora para retrasar la deportación a pesar de no tener una base legal para permanecer en Reino Unido. El Gobierno está determinado a ahorrar el dinero de los contribuyentes y expulsar tan rápido como sea posible a aquellos que no tengan el derecho de estar aquí", afirmó Green.

El primer vuelo de deportación a Bagdad terminó siendo un fracaso cuando, el pasado octubre, las autoridades iraquíes rechazaron permitir la entrada al país de 34 de los 44 deportados porque eran kurdos, por lo que tuvieron que volar de vuelta a Londres. Se cree que la adopción de "medidas especiales" en esta ocasión está diseñada para evitar que se repita el problema.

Por su parte, los expertos legales han manifestado sus preocupaciones por la intervención de los abogados del Estado, alegando que la medida es una petición para que los jueces no hagan su trabajo. La secretaria general de la Asociación de Abogados para la Inmigración, Alison Harvey, afirmó que es competencia del tribunal decidir si es legal o no que una deportación salga adelante.

Por otro lado, la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Frontex) ha confirmado que está "coordinando algunos vuelos de regreso a Irak en los próximos días".

La presidenta ejecutiva del Consejo para los Refugiados (la mayor organización británica para refugiados y solicitantes de asilo), Donna Covey, afirmó que es "una medida alarmante e increíble que no tiene en cuenta todas las pruebas que señalan que Bagdad aún es un lugar muy inseguro".

"Los regresos deberían ser siempre seguros y sostenibles. Es más barato y mejor ayudar a aquellos iraquíes que quieren volver a su país de origen de forma voluntaria. Hacer regresar a pequeños grupos de personas a una ciudad peligrosa donde no está garantizada su seguridad es muy costoso y supone un desprecio grave hacia su bienestar", añadió.

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