MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los grupos defensores de los Derechos Humanos han condenado la decisión de Sudáfrica de reanudar las deportaciones de los inmigrantes zimbabuenses indocumentados, y describen la última medida adoptada por Pretoria como una traición a los solicitantes de asilo que escaparon de la persecución política en Zimbabue.
Sudáfrica anunció ayer que reanudará las deportaciones de los zimbabuenses que no tengan documentos en enero de 2011, terminando así con una moratoria de 18 meses en las deportaciones de los inmigrantes ilegales.
El Foro de los Exiliados de Zimbabue reaccionó este viernes con indignación a dicho anuncio, y describió la medida como "cruel, arbitraria y una violación del acuerdo bilateral entre Sudáfrica y Zimbabue que fue anunciado con pompa y fanfarria", recoge la agencia africana APA.
"Podríamos ser excusados de pensar que el acuerdo fue un plan diseñado para engañarnos del propósito real: obtener mano de obra barata de Zimbabue antes del Mundial de Fútbol", aseguró el director ejecutivo del foro, Gabriel Shumba.
El grupo PASSOP, encargado de defender los derechos de los refugiados, indicó que la mayor parte de los zimbabuenses que hay en Sudáfrica no están documentados porque el departamento sudafricano responsable de regularizar su estancia en el país ha rechazado emitir la documentación necesaria.
La moratoria en las deportaciones se implementó en abril de 2009 en un intento para regular la estancia de los zimbabuenses en Sudáfrica. Miles de zimbabuenses siguen huyendo a su país vecino para buscar trabajo y mejores condiciones de vida.
En virtud de la dispensa especial que reguló Sudáfrica, los zimbabuenses podían entrar en Sudáfrica y trabajar durante tres meses antes de renovar los permisos temporales. Un portavoz del Consejo de Ministros zimbabuense, Themba Maseko, anunció ayer que "después del 31 de diciembre, todos los zimbabuenses indocumentados serán tratados como el resto y se reanudará su deportación".
No hay cifras definitivas sobre el número de zimbabuenses en Sudáfrica, aunque la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que puede ser entre 1,5 y dos millones.
