Actualizado 14/01/2013 11:42

HRW constata los primeros disparos de municiones de racimo por parte del Ejército de Tierra del régimen sirio


MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Human Rights Watch (HRW) ha reunido las primeras pruebas del uso de municiones de racimo por parte de las fuerzas de Tierra del Ejército gubernamental sirio. Hasta la fecha, tanto esta organización de Derechos Humanos como otras fuentes únicamente habían constatado el uso de municiones de racimo en ataques aéreos.

En un comunicado, HRW ha denunciado este lunes el disparo "indiscriminado" de cohetes de 122 milímetros de calibre dotados de este tipo de munición desde lanzaderas múltiples del tipo 'BM-21 Grad' contra las cercanías de la ciudad de Idlib (norte) el pasado mes de diciembre y contra Latamné (al noroeste de Hama) este mes de enero.

De momento se desconoce cómo se ha hecho Siria con estas armas de racimo, prohibidas en 111 países miembros del Tratado Internacional contra las Bombas de Racimo, pero sí hay constancia de que han sido fabricadas en Egipto.

"Siria está incrementando y expandiendo el uso de municiones de racimo, a pesar de las condenas internacionales por aferrarse a estas armas prohibidas", ha declarado el director de la división de armas de Human Rights Watch, Steve Goose. "Actualmente está recurriendo a un conocido tipo de munición indiscriminada de racimo que amenaza gravemente a la población civil", ha denunciado.

LOS ATAQUES

La organización ha extraído estas conclusiones tras entrevistarse con testigos y analizar una decena de vídeos colgados en Internet por activistas locales y varias fotografías tomadas por un periodista extranjero.

A partir de estas informaciones, Human Rights Watch ha concluido que, desde principios de diciembre, las fuerzas sirias han utilizado lanzaderas múltiples 'BM-21 Grad' para disparar cohetes de 122 milímetros con municiones de racimo que contenían submuniciones del tipo 'DPICM'.

El Ejército, según el comunicado, utilizó este tipo de municiones el pasado 3 de enero en Latamné, donde causó la muerte de un civil y heridas a otras quince personas, entre ellas mujeres y niños. Aparte, otro civil perdió posteriormente la vida a causa de la explosión de una munición de racimo que no había llegado a detonar durante el bombardeo.

Otro hombre, un combatiente del grupo armado rebelde Ejército Libre Sirio, falleció el pasado 5 de diciembre mientras manipulaba una munición de racimo que había caído dos días antes sobre la aldea de Banin, en Jabal al Zaweya (Idlib).