Actualizado 16/06/2010 14:39

HRW pide a las autoridades del Kurdistán iraquí que tomen medidas para frenar la mutilación genital femenina


MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

Un número significativo de niñas y mujeres en el Kurdistán iraquí sufren mutilación genital femenina y sus consecuencias destructivas, según afirmó este miércoles la organización pro Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW), que pide en su nuevo informe al Gobierno regional del Kurdistán que tome medidas inmediatas para terminar con esta práctica.

El informe, 'Me cogieron y no me dijeron nada: la mutilación genital femenina en el Kurdistán iraquí', documenta las experiencias de las mujeres que se someten a esta práctica en un contexto de mensajes contradictorios de los líderes religiosos y de los profesionales sanitarios sobre la legitimidad y seguridad de esta práctica.

El informe describe el dolor y el temor de las niñas y adolescentes experimentan cuando son mutiladas, y las consecuencias terribles que tienen en su salud física y emocional. Añade también HRW que el gobierno regional no tiene la voluntad para prohibirla, a pesar de su disposición a terminar con otras formas de violencia de género, como los asesinatos 'de honor'.

"La mutilación genital femenina viola los derechos de las mujeres y las niñas, incluido el derecho a la vida, a la salud y a la integridad del cuerpo", aseguró una investigadora en HRW para los derechos de las mujeres, Nadia Jalife. "Es hora de que el gobierno regional tome medidas concretas para eliminar esta práctica dañina", añadió.

Los investigadores de la organización realizaron entrevistas durante los meses de mayo y junio de 2009 a 31 chicas de cuatro aldeas del norte de Irak y en la ciudad de Halabja. Los investigadores también entrevistaron a clérigos musulmanes, matronas, trabajadores sanitarios y responsables gubernamentales. Las ONG locales afirman que esta práctica también puede practicarse en otras regiones iraquíes, pero no hay rastro de su prevalencia fuera del Kurdistán.

Según las pruebas obtenidas por HRW, la mutilación genital femenina es un procedimiento inevitable practicado entre los tres y los doce años. En algunos casos documentados por la organización, la presión social también lleva que las mujeres adultas se sometan al procedimiento, en ocasiones como un requisito previo para contraer matrimonio.

Los médicos de la región declararon a HRW que el tipo más común de mutilación genital femenina es la retirada parcial o total del clítoris. Los trabajadores sanitarios también han relatado que en ocasiones también se ha realizado una práctica incluso más invasiva a las mujeres adultas en hospitales. La mutilación genital, recuerda la organización, no tiene ningún propósito médico y puede provocar consecuencias físicas y emocionales graves.

OBLIGACIÓN RELIGIOSA

Los orígenes de este procedimiento en el Kurdistán no están claros. Mientras que algunas de las entrevistadas señalan que se les dijo que está arraigado en una creencia de que cualquier cosa que toquen será 'haram' (impura) hasta que se sometan a esta práctica, otros dicen que es una costumbre tradicional.

La asociación entre la mutilación genital y el Islam ha sido rechazada por muchos musulmanes, que dicen que no está prescrita en el Corán y que contradice las enseñanzas del Islam. Las chicas entrevistadas, mientras, afirman que recibieron mensajes contradictorios de los clérigos sobre si era o no una obligación religiosa. Los clérigos entrevistados dicen que cuando una práctica interpretada como una 'suna' --una acción realizada para fortalecer la religión pero no obligatoria-- pone en peligro la vida de una persona, es deber de los clérigos detenerla.

HRW pide a las autoridades regionales que dearrollen un plan a largo plazo que implique al Gobierno, a los trabajadores sanitarios, a los clérigos y a las comunidades para erradicar la práctica. La estrategia debería incluir, según la organización, una ley para prohibir que se practique a las niñas y a aquellas mujeres adultas que no consientan.

"El Gobierno no sólo necesita tomar medidas para terminar con esta práctica, sino trabajar para que se afirme públicamente una nueva norma, no mutilar a las niñas", señaló Jalife. "La mutilación genital femenina es una cuestión compleja, pero su daño es claro", aseguró.

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